viernes, 18 de octubre de 2013

MAESTROS VERACRUZANOS: EJEMPLO





Primeros cobros en escuelas mueven a padres a apoyar lucha magisterial


Norma Trujillo Báez / miércoles, octubre 16, 2013
La Jornada de Veracruz

“¡Escuela gratuita, el padre de familia te lo grita!”, era la consigna de los padres de familia que hicieron una cadena humana en apoyo al movimiento magisterial veracruzano, ya que dijeron que “ahora nos damos cuenta que los maestros no mentían, ya están los recibos de luz que antes no se pagaban, después vendrá lo del internet, teléfono, agua e incluso predial, por eso estamos aquí para exigir que la educación siga siendo gratuita”.

Desde las 9 horas empezaron a llegar y permanecieron dos horas en la plaza Lerdo, reclamaban: “no a la reforma educativa, no estamos de acuerdo con la autonomía de gestión, sí apoyamos al Movimiento Magisterial Popular Veracruzano”.

Y con cartulinas de colores diversos decían al gobierno: “eres represor, golpeas a maestros y obreros”, “No a la privatización de la educación”, otra más religiosa inscribía “Jesús, sabiduría a los gobernantes… Ayuda a tu pueblo…No a las reformas”.

En tanto, Omar Hernández, un padre de familia dijo que “el gobierno está siendo mentiroso, ahora ya llegaron recibos de luz y los tenemos que pagar, hay recibos reales, no ficticios, que ya paren de decir que es mentira”.

Los padres de familia eran de alumnos de preescolar, primaria, secundaria y prepa, la señora Juana Martínez Rosales sostuvo que ya llegaron los primeros recibos al CBTIS 165 de Tres Valles y son recibos de 34 a 38 mil pesos “que quieren que paguemos los padres de familia y no los vamos a pagar, que lo sepa el señor gobernador, por eso pagamos impuestos”.

Un padre de familia, proveniente de Córdoba, y representante de la Escuela Secundaria, de Bachilleres, Artes y Oficios (Esbao) se quejó que el gobierno se desentienda de los gastos que aquejan a las escuelas, “a nuestra escuela llegó ya el recibo de luz por más de 23 mil pesos. Antes llegaba con la leyenda de que era un recibo informativo, ahora nos llega ya con el requerimiento de pago”.

Otros padres de familia mostraron un citatorio a junta para hoy martes 15 por parte de José Manuel Almendra León, director del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario número 84, en el que se expresa claramente que “se tratarán asuntos relacionado con la educación de su hijo así como también lo referente al recibo de luz que nos llegó por la cantidad de 34 mil 463 pesos”.

Así, entre las demandas por una educación gratuita y no a la gestión escolar, padres de familia también exigieron la presencia de Rita Guerra Nogueira, presidenta de la Asociación de Padres de Familia del estado de Veracruz, “y presunta representante de los padres de familia en el estado para que nos explique de manera pública en qué se ha gastado casi tres millones de pesos durante los tres años que ha estado al frente de la mencionada asociación”.

Los padres de familia al ser cuestionados sobre la labor de Guerra Nogueira, dijeron que no la conocen, “sabem

Editorial de la Jornada


Socorristas de la Cruz Roja auxilian a un profesor guerrerense que fue descalabrado por vendedores ambulantes de Tepito cuando se dirigía en la marcha hacia la Cámara de Diputados para protestar contra la transferencia del pago de nómina de los docentes a la Federación Foto Carlos Ramos Mamahua.


Cosecha de encono

La Jornada 18 de octubre de 2013

La realización de una marcha protagonizada por el magisterio disidente en la ciudad de México derivó ayer en una agresión de comerciantes del barrio de Tepito en contra de los profesores, con un saldo de tres heridos. Según la versión de algunos locatarios, el encono de los tepiteños contra los maestros se debe a que las ventas en el mercado local disminuyeron a raíz del plantón que los docentes mantuvieron en el Zócalo hasta el pasado 13 de septiembre.

El episodio reviste varios aspectos preocupantes y, al mismo tiempo, reveladores del deterioro social que experimenta el país. Debe tenerse en mente, por principio de cuentas, que tanto los manifestantes como quienes los agredieron pertenecen a sectores tradicionalmente discriminados, excluidos, violentados en sus derechos y libertades; criminalizados en sus formas de expresión social, desatendidos y maltratados por las autoridades de los distintos niveles. Sin embargo, estos puntos en común no fueron suficientes para alentar una mínima empatía, y ya no se diga solidaridad de los tepiteños hacia los profesores en lucha; en cambio, los primeros se dejaron llevar por intereses inmediatos afectados por las movilizaciones magisteriales. En tal circunstancia la molestía habría sido entendible, pero no la agresión.

El hecho es alarmante no sólo porque lleva el descontento de algunos segmentos de la población capitalina contra el magisterio en lucha al grado de una agresión directa, sino también por lo que pone en evidencia: la erosión de una cohesión social sin la cual no podría explicarse la precaria estabilidad política en que ha vivido el país durante los pasadas tres décadas, a partir del inicio del ciclo neoliberal.

Sería muy grave que en la circunstancia nacional actual, cuando diversos sectores recurren a las movilizaciones en defensa de lo que entienden como sus derechos legítimos, amenazados o cuestionados por las reformas estructurales en curso de aprobación, proliferaran los ataques de otros grupos ciudadanos contra quienes se manifiestan en uso de sus derechos constitucionales.

Igualmente grave sería que la agresión hubiese sido instigada desde alguna dependencia gubernamental con el propósito de "desbaratar el movimiento", toda vez que una acción de esa naturaleza, lejos de desactivar la protesta magisterial, la enconaría y complicaría.

En otro sentido, el suceso de ayer permite ponderar el impacto de la satanización mediática que se ha venido promoviendo desde hace meses contra el magisterio disidente. Es significativo que a su paso por el Eje 1 Norte de la capital los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) hayan sido recibidos con epítetos ofensivos y racistas –"huevones" e "indios", por ejemplo–, que parecen tan afines a la campaña de linchamiento operada desde buena parte de la clase política y la mayoría de los medios informativos.

Lo ocurrido ayer en Tepito obedece, en suma, a una cosecha de fobia social emprendida por esos actores y poderes fácticos en contra de una lucha magisterial que –sin desconocer las afectaciones y perjuicios provocados por su prolongada presencia en las calles de la capital– es fundamentalmente pacífica y legítima.

Es necesario, ante el riesgo que eventos como el de ayer se reproduzcan y crezcan en explosividad y encono, que las autoridades capitalinas funjan como elemento de contención y distensión y actúen con pleno apego a derecho. La sociedad en general, por su parte, pero especialmente sus sectores populares, deben comprender que la lucha magisterial en curso es un ejercicio legítimo y atendible de defensa de derechos laborales y de una concepción de la enseñanza pública, no un mero capricho de empleados públicos privilegiados y holgazanes o, caracterización aún peor, de un grupo de fuereños empeñado en causar molestias a la población capitalina. Ante ello, la reflexión, la contención y la mesura deben primar en la sociedad.

Ilegal la "contenciòn" policìaca que ordena el gobierno



LA ESTRATEGIA DE LA TENSION 


Massimo Modonesi*
La Jornada 18 de octubre de 2013

En tiempos recientes, marchas y manifestaciones masivas y pacíficas acaban inexorablemente con escenas de violencia y un número importante de presos. Sólo parcialmente se puede argumentar que algunos sectores juveniles se radicalizaron después de la experiencia del movimiento #YoSoy132 que, logrando victorias simbólicas sin alcanzar detener la imposición, pudo haber dejado un sabor más amargo que dulce e incrementado las filas de algunas franjas –anarquistas y no– que exaltan el valor ejemplar de la acción directa.

Por otra parte, es evidente que, desde el otro lado, desde los aparatos represivos, se están utilizando una serie de métodos que ya se habían visto en gran escala en 2006 en Atenco y en Oaxaca y que no dejaron de ser parte del repertorio de acción de las fuerzas represivas en México.

Estos métodos, en efecto, tienen una larga y triste historia y, en conjunto, pueden ser nombrados y entendidos como lo que en Italia en los años 60 y 70 se conoció como "estrategia de la tensión". En estos años, en Italia, como en otros países capitalistas occidentales, frente a la intensificación de movilizaciones y protestas se diseñaron estrategias de contención que incluían la generación artificial de tensión, de un clima de violencia que era estimulado, cuando no iniciado, desde arriba, desde aparatos represivos visibles e invisibles, como los servicios secretos. Por medio de atentados, infiltraciones, persecución policiaca, represión sistemática y una serie de provocaciones se pretendía aislar, desestabilizar, criminalizar y poner a la defensiva a los movimientos emergentes y ascendentes. La estrategia de la tensión era una versión de la guerra de contrainsurgencia que se libró a escala mundial en los años 70 contra la avanzada de los movimientos revolucionarios. Una estrategia violenta, sangrienta y dramáticamente eficaz ya que permitió una victoria que modificó sustancialmente la correlación de fuerzas y abrió la puerta al neoliberalismo, la restauración de una serie de condiciones de acumulación que el capital había ido perdiendo a lo largo de los años por la presión y la fuerza de las luchas de las clases subalternas.

En el México de nuestros días, frente a una serie de movimientos que ofrecen una seria resistencia a los diseños de privatización y de despojo, se adoptan selectivamente, pero sistemáticamente, diversos elementos de la estrategia de la tensión. En particular, los llamados excesos policiacos que marcaron las manifestaciones de los meses recientes, podrían no ser simples excesos, errores humanos a condenar y castigar, sino ser entendidos como actos intencionales, parte de una estrategia orientada a generar miedo, frenar el crecimiento masivo de las protestas, aumentar los costos de la movilización, "crear" presos políticos para poner a la defensiva a los movimientos.

La historia enseña, en efecto, que la existencia de presos políticos suele generar una actitud defensiva no solamente porque alimenta el temor e inhibe la participación, sino porque obliga a las organizaciones y los militantes que permanecen en pie de lucha a restructurar las demandas, poniendo por delante la liberación de los compañeros, insistiendo en la denuncia de la represión, la violación de derechos humanos, lo cual lleva a segundo plano las demandas que originaron la movilización y que permitieron darle visibilidad.

En este sentido, la estrategia de la tensión es un poderoso instrumento reaccionario, un arma de doble filo que generalmente merma y debilita a los movimientos, pero desnuda a gobiernos y fuerzas políticas que, para llevar adelante políticas impopulares y defender a toda costa los intereses de las clases dominantes, recurren a tácticas ilegítimas e incluso ilegales.

(*) Coordinador del Centro de Estudios Sociológicos de la UNAM. Director de la revista OSAL del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales