Dirigente zacatecano hace un análisis de la Alianza por la Calidad de la Educación del que se concluye que el contubernio Calderón Gordillo está podrido. Aunque la SEP intente su aplicación, los maestros de todo el páis de facto la declaran cancelada, se niegan a aplicarla.
Publicado en El Sol de Zacatecas el 01/11/08
La “Alianza por la Calidad Educativa” en Zacatecas ya está arrinconada.
* Por: José Santos Cervantes
Para mi hija Cristy
La Alianza por la Calidad Educativa (ACE), iniciativa neoliberal del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que pretende compaginar la educación básica con el contenido del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en materia de educación superior, y que convierte el derecho constitucional a la educación en un servicio que se compra y se vende, en una simple mercancía y a los trabajadores del sector en simples prestadores del servicio, sin ningún derecho, proyecto fracasado puesto en marcha en los EEUU por la administración de George W. Bush, aquí encontró acogida servil por parte de la mancuerna de Felipe Calderón- Elba Esther Gordillo.
La ACE significa cancelación del derecho a la educación para el pueblo y de todos los derechos laborales de los trabajadores, así como la privatización y por tanto entrega de la formación de las futuras generaciones de mexicanos a los grandes capitalistas nacionales y extranjeros y además la oportunidad de hacer grandes negocios y de todo tipo a esta mancuerna mafiosa.
Por todo esto, el rechazo de los trabajadores de la educación y el apoyo de la sociedad contra la ACE también ha sido casi unánime en todo el país. Sin embargo, la forma de enfrentar el problema ha dependido de las condiciones concretas en cada estado de la república. La unidad de los trabajadores de la educación como era de esperarse no ha sido fácil puesto que en la lucha contra la ACE, participan diferentes corrientes de opinión dentro del magisterio, algunas ya muy antiguas y otras surgidas recientemente, sin embargo, los obstáculos se van superando porque de aplicarse esta política educativa antipopular y antinacional, afectará a todos los trabajadores de la educación sin distinción de corrientes o filiaciones políticas y al pueblo en general.
La ACE, como antes la Ley del ISSSTE y la reciente reforma energética no tienen futuro, porque así como la derecha y los neoliberales no pueden quedar mal con la oligarquía nacional y extranjera, que es la que los puso en el gobierno y no las echarán para atrás, el pueblo y la clase trabajadora ya no permitirán que se apliquen, porque la etapa en que las reformas al régimen jurídico podían ser parciales, es decir, o favorecían al pueblo o a sus explotadores, ya pasó a la historia. Así como hubo una etapa en que la mayoría de las modificaciones al marco legal de nuestro país favorecían al pueblo: reforma agraria, derecho laboral tutelar, seguridad social, nacionalización de ferrocarriles, del petróleo, de la minería, de la industria eléctrica, de los teléfonos, de la banca, etc., a partir de 1982, se dio un giro de ciento ochenta grados, la oligarquía nacional y extranjera recuperó el poder en nuestro país y todas la reformas legislativas se convirtieron en contrarreformas.
En efecto, se privatizó el ejido, la minería, los ferrocarriles, los teléfonos, la banca, y se ha avanzado en la privatización del petróleo, la energía eléctrica, la seguridad social, la educación etc., pero la etapa en que los neoliberales podían hacer lo que querían sin necesidad de recurrir al ejército y la policía está superada, antes bastaba con el sistema de partidos neoliberal, PRI, PAN, PRD y demás partidos chatarra que les hacían el trabajo sucio, pero ahora el sistema de partidos está totalmente desprestigiado ante el pueblo, la ciudadanía se está dando cuenta que sólo es una fachada para encubrir la tiranía política de los oligarcas nacionales y extranjeros a que estamos sometidos, y por eso ya no acude a las urnas ni se siente representada en el poder legislativo, ni judicial y menos en el ejecutivo, sólo una minoría lo hace, que es el voto cautivo, es decir, la población más humilde que depende de todos los programas asistenciales del gobierno. Ahora las reformas se hacen con el apoyo del ejército y la policía, contra la protesta generalizada del pueblo, estamos en plena crisis, política, social y económica.
Es una crisis histórica en que la correlación de fuerzas entre el pueblo y la oligarquía, está empatada, ni decide la oligarquía ni decide el pueblo, como sucedía en el pasado reciente. Pero esta situación no puede mantenerse por mucho tiempo, este “equilibrio” no puede durar, más temprano que tarde tiene que romperse para el lado de la oligarquía o para el lado del pueblo, en otras palabras, la crisis se resuelve a favor del pueblo y de la nación o se impone la salida que la oligarquía viene anunciando con un Estado policíaco-militar, una dictadura como la pinochetista.
La oligarquía nacional es poderosa en la medida que tiene el apoyo del imperialismo, sin embargo, en este momento atraviesa también por una severa crisis financiera, que ha llevado al colapso a la propaganda neoliberal. Ésta es una situación que el movimiento social progresista y revolucionario debe aprovechar para acumular fuerzas, para lograr la mayor unidad posible, con el objetivo de quitarle el yugo imperialista a nuestra nación y deshacerse de sus cómplices locales de una vez y para siempre, los neoliberales y la derecha que tienen el gobierno en nuestro país.
La tarea no es fácil, pero tampoco imposible además no tenemos otra salida, o les quitamos el gobierno o dejamos que nos aplasten y nos desmovilicen por décadas. Para acometer ésta tarea histórica el pueblo, cuenta con organizaciones cada vez más representativas y poderosas que adquieren experiencia de manera acelerada, y se foguean en la lucha, dan la pelea lo mismo en la calles, que en las legislaturas locales, en los palacios de gobierno, o en el Congreso de la Unión. Los dirigentes populares y sociales pertrechados de ideas avanzadas y revolucionarias se multiplican.
Ejemplo de ello es el Frente Social por la Soberanía Popular (FSSP), organización de organizaciones que cuenta con un buen número de dirigentes, de los más destacados en la lucha progresista y revolucionaria en Zacatecas, que han sabido conducir a sus organizaciones de manera sabia y prudente obteniendo victorias importantes. En el caso del magisterio, tiene como dirigentes a dos jóvenes que incluso están sobresaliendo dentro de la lucha social nacional: José Luis Figueroa y Fernando Arteaga, ellos han sabido combinar la lucha unitaria sin transigir en principios, unificando a los trabajadores afiliados al SNTE que luchan contra la ACE tanto de la Sección 34 como de la 58, y de otros subsistemas como los de telesecundaria.
Han logrado con el apoyo de las demás organizaciones del Frente Social, que se eche abajo el examen de oposición para los trabajadores de nuevo ingreso, que la gobernadora se comprometa a no firmar la ACE, que la Legislatura Local eche a la basura las conclusiones de su propio foro educativo que eran una copia de la misma y ahora condicionan su apoyo a este engendro calderonista-gordillista, y lo más importante, la realización de foros regionales de educación que culminaron exitosamente el día de ayer en el Foro Estatal con una riqueza extraordinaria desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo, del cual sin duda emanarán conclusiones importantes y el rechazo contundente a la ACE, de tal manera que en Zacatecas está arrinconada, a punto de echarla al basurero junto con sus defensores.
*Integrante de la Coordinación Ejecutiva del Frente Social por la Soberanía Popular.
La ACE significa cancelación del derecho a la educación para el pueblo y de todos los derechos laborales de los trabajadores, así como la privatización y por tanto entrega de la formación de las futuras generaciones de mexicanos a los grandes capitalistas nacionales y extranjeros y además la oportunidad de hacer grandes negocios y de todo tipo a esta mancuerna mafiosa.
Por todo esto, el rechazo de los trabajadores de la educación y el apoyo de la sociedad contra la ACE también ha sido casi unánime en todo el país. Sin embargo, la forma de enfrentar el problema ha dependido de las condiciones concretas en cada estado de la república. La unidad de los trabajadores de la educación como era de esperarse no ha sido fácil puesto que en la lucha contra la ACE, participan diferentes corrientes de opinión dentro del magisterio, algunas ya muy antiguas y otras surgidas recientemente, sin embargo, los obstáculos se van superando porque de aplicarse esta política educativa antipopular y antinacional, afectará a todos los trabajadores de la educación sin distinción de corrientes o filiaciones políticas y al pueblo en general.
La ACE, como antes la Ley del ISSSTE y la reciente reforma energética no tienen futuro, porque así como la derecha y los neoliberales no pueden quedar mal con la oligarquía nacional y extranjera, que es la que los puso en el gobierno y no las echarán para atrás, el pueblo y la clase trabajadora ya no permitirán que se apliquen, porque la etapa en que las reformas al régimen jurídico podían ser parciales, es decir, o favorecían al pueblo o a sus explotadores, ya pasó a la historia. Así como hubo una etapa en que la mayoría de las modificaciones al marco legal de nuestro país favorecían al pueblo: reforma agraria, derecho laboral tutelar, seguridad social, nacionalización de ferrocarriles, del petróleo, de la minería, de la industria eléctrica, de los teléfonos, de la banca, etc., a partir de 1982, se dio un giro de ciento ochenta grados, la oligarquía nacional y extranjera recuperó el poder en nuestro país y todas la reformas legislativas se convirtieron en contrarreformas.
En efecto, se privatizó el ejido, la minería, los ferrocarriles, los teléfonos, la banca, y se ha avanzado en la privatización del petróleo, la energía eléctrica, la seguridad social, la educación etc., pero la etapa en que los neoliberales podían hacer lo que querían sin necesidad de recurrir al ejército y la policía está superada, antes bastaba con el sistema de partidos neoliberal, PRI, PAN, PRD y demás partidos chatarra que les hacían el trabajo sucio, pero ahora el sistema de partidos está totalmente desprestigiado ante el pueblo, la ciudadanía se está dando cuenta que sólo es una fachada para encubrir la tiranía política de los oligarcas nacionales y extranjeros a que estamos sometidos, y por eso ya no acude a las urnas ni se siente representada en el poder legislativo, ni judicial y menos en el ejecutivo, sólo una minoría lo hace, que es el voto cautivo, es decir, la población más humilde que depende de todos los programas asistenciales del gobierno. Ahora las reformas se hacen con el apoyo del ejército y la policía, contra la protesta generalizada del pueblo, estamos en plena crisis, política, social y económica.
Es una crisis histórica en que la correlación de fuerzas entre el pueblo y la oligarquía, está empatada, ni decide la oligarquía ni decide el pueblo, como sucedía en el pasado reciente. Pero esta situación no puede mantenerse por mucho tiempo, este “equilibrio” no puede durar, más temprano que tarde tiene que romperse para el lado de la oligarquía o para el lado del pueblo, en otras palabras, la crisis se resuelve a favor del pueblo y de la nación o se impone la salida que la oligarquía viene anunciando con un Estado policíaco-militar, una dictadura como la pinochetista.
La oligarquía nacional es poderosa en la medida que tiene el apoyo del imperialismo, sin embargo, en este momento atraviesa también por una severa crisis financiera, que ha llevado al colapso a la propaganda neoliberal. Ésta es una situación que el movimiento social progresista y revolucionario debe aprovechar para acumular fuerzas, para lograr la mayor unidad posible, con el objetivo de quitarle el yugo imperialista a nuestra nación y deshacerse de sus cómplices locales de una vez y para siempre, los neoliberales y la derecha que tienen el gobierno en nuestro país.
La tarea no es fácil, pero tampoco imposible además no tenemos otra salida, o les quitamos el gobierno o dejamos que nos aplasten y nos desmovilicen por décadas. Para acometer ésta tarea histórica el pueblo, cuenta con organizaciones cada vez más representativas y poderosas que adquieren experiencia de manera acelerada, y se foguean en la lucha, dan la pelea lo mismo en la calles, que en las legislaturas locales, en los palacios de gobierno, o en el Congreso de la Unión. Los dirigentes populares y sociales pertrechados de ideas avanzadas y revolucionarias se multiplican.
Ejemplo de ello es el Frente Social por la Soberanía Popular (FSSP), organización de organizaciones que cuenta con un buen número de dirigentes, de los más destacados en la lucha progresista y revolucionaria en Zacatecas, que han sabido conducir a sus organizaciones de manera sabia y prudente obteniendo victorias importantes. En el caso del magisterio, tiene como dirigentes a dos jóvenes que incluso están sobresaliendo dentro de la lucha social nacional: José Luis Figueroa y Fernando Arteaga, ellos han sabido combinar la lucha unitaria sin transigir en principios, unificando a los trabajadores afiliados al SNTE que luchan contra la ACE tanto de la Sección 34 como de la 58, y de otros subsistemas como los de telesecundaria.
Han logrado con el apoyo de las demás organizaciones del Frente Social, que se eche abajo el examen de oposición para los trabajadores de nuevo ingreso, que la gobernadora se comprometa a no firmar la ACE, que la Legislatura Local eche a la basura las conclusiones de su propio foro educativo que eran una copia de la misma y ahora condicionan su apoyo a este engendro calderonista-gordillista, y lo más importante, la realización de foros regionales de educación que culminaron exitosamente el día de ayer en el Foro Estatal con una riqueza extraordinaria desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo, del cual sin duda emanarán conclusiones importantes y el rechazo contundente a la ACE, de tal manera que en Zacatecas está arrinconada, a punto de echarla al basurero junto con sus defensores.
*Integrante de la Coordinación Ejecutiva del Frente Social por la Soberanía Popular.