El programa Mínimo que presenta el Partido Popular Socialista de México, es una contribución al debate de ideas sobre el proyecto de nación que se construye a favor de la plena independencia nacional, la democracia y el bienestar popular por la que sus militantes luchan.
También es una aportación programática para invitar al pueblo de México y las fuerzas democráticas para luchar unidos para hacer realidad su implementación, contribuyendo a una correlación de fuerzas que la haga posible en el contexto de la actual etapa de desarrollo histórico del país.
1.POLÍTICA INTERNACIONAL
El rescate de las riquezas nacionales en mano de las potencias extranjeras fue la base sobre la que se impulsó el carácter antiimperialista de nuestra Carta Magna de 1917. El modelo económico nacionalista revolucionario fue avanzando en esa encomienda nacional; se avanzó, se fortaleció al Estado y esto tuvo como reflejo en la política exterior las grandes posturas y decisiones de nuestro México para defenderse de las presiones extranjeras y solidarizarse con la lucha de otros pueblos mediante la exigencia del principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos.
En la actual etapa de transformación de nuestro país, se retoma esa encomienda histórica para rescatar de las manos extranjeras las riquezas y áreas estratégicas para el desarrollo independiente de nuestro México. La necesidad de defender esta aspiración legítima de nuestro pueblo se verá reflejada de igual manera en su política exterior, políticas que nos acercarán cada vez más a las mismas aspiraciones de los pueblos de Nuestra América.
La política exterior del actual gobierno de México, el primero de la Cuarta Transformación, está sujeto a lo estipulado en el artículo 89 fracción décima de nuestra Carta Magna, el cual mandata que:
“En la conducción de tal política (política exterior), el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.”
Con el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador en el 2018, el pueblo mexicano impulsa un gobierno no neoliberal; el obstáculo al desarrollo independiente que representó el neoliberalismo es dejado a un lado y se comienza a construir la Cuarta Transformación, la continuación de las luchas históricas de nuestro pueblo, y con ello la continuidad de las aspiraciones que bien cimentan los principios construidos durante siglos, en lo referente a la política exterior.
El movimiento obradorista tiene un programa amplio que recoge muchas de las aspiraciones de la nación mexicana, el Proyecto Alternativo de Nación 2018-2024 retoma como bandera propia los principios que consagra nuestra constitución en su artículo 89 fracción X.
López Obrador siempre ha señalado que “la mejor política exterior es la interior”, entiende la primera como un reflejo de las transformaciones que se dan en el seno de las estructuras económico-sociales del país, y a partir de esta lucha por el desarrollo de las fuerzas productivas de manera independiente, su postura ante la exterior muestra la solidaridad ante procesos de luchas similares en Nuestra América.
Sostiene una postura de gran hermanamiento con Cuba, la defiende y exige directamente a los Estados Unidos de América a quitar el bloqueo económico y comercial que tiene contra la Isla.
Ha defendido la autodeterminación del pueblo venezolano para elegir el gobierno que considere; por la acción del gobierno mexicano, incluso podemos decir que se detuvo la intervención militar contra Venezuela que se venía preparando desde los EE. UU. y Europa.
También con orgullo podemos decir que, gracias a la acción valiente del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se salvó la vida del presidente Evo Morales Ayma, de Bolivia, y con ello se garantizó la fuerza organizativa para que un año después, el pueblo boliviano derrotara en las urnas al golpe fascista de la derecha.
Estos son los ejemplos más sobresalientes que ha tenido nuestro gobierno hacia el exterior, en cuanto a solidaridad y llamado de no intervención de las potencias para con nuestros hermanos latinoamericanos.
Por este motivo, el Partido Popular Socialista de México invita a luchar por las medidas siguientes en materia de política internacional:
1. Mantener y fortalecer la política exterior mexicana en torno a la No Intervención y Libre Determinación de los Pueblos.
2. Fortalecer los lazos de solidaridad, amistad y ayuda mutua con los pueblos hermanos de Latinoamérica y el Caribe mediante la implementación, además de la diplomacia institucional, de la diplomacia de los pueblos, con el objetivo de intercambiar experiencias entre los pueblos de Nuestra América.
3. Reforzar la identidad cultural de los mexicanos en el exterior, en especial a los más de 40 millones de mexicanos en los Estados Unidos de América.
4. Luchar por la desaparición de la Organización de Estados Americanos, OEA, que históricamente no ha sido más que un apéndice de la política de Estados Unidos, autoritaria, impositiva y ajena a los intereses de los pueblos de América Latina; y, en su lugar, fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
2. SOBERANIA E INDEPENDENCIA NACIONAL
Los seis periodos presidenciales correspondientes al neoliberalismo sumieron a México en una profunda dependencia con respecto del imperialismo, fundamentalmente del imperialismo norteamericano: se modificaron sustancialmente las funciones del Estado para ponerlo al servicio de los intereses de los grandes monopolios internacionales, de los centros financieros del imperialismo y de los intereses políticos de los Estados Unidos.
Se privilegió al capital transnacional, se firmaron acuerdos multilaterales que subordinaron los intereses del pueblo mexicano al de los grandes corporativos; se desmanteló el sector estatal de la economía, como el principal impulsor de las fuerzas productivas nacionales; el crecimiento económico se basó en la recepción de inversiones extranjeras directas; las relaciones comerciales se redujeron a las realizadas con los Estados Unidos cuyo monto casi alcanza 90% del nuestras transacciones; la minería fue entregada a las empresas extractivistas y depredadoras de Canadá; los ferrocarriles pasaron a ser propiedad estadounidense; se implementó un plan para que en pocos años los recursos energéticos pasaran a manos de las empresas extranjeras, dejando a Pemex y la Comisión Federal de Electricidad como meros cascarones; la soberanía alimentaria fue abandonada; de acuerdo a los dictados de los organismos financieros internacionales, se implementó un sistema de partidos sometido a los intereses del gran capital; se construyó un modelo educativo acorde al neoliberalismo; la política social fue abandonada por el Estado para garantizar a las transnacionales mano de obra barata que les permita enormes ganancias.
Con el triunfo de López Obrador en 2018 se ha iniciado la reversión de muchas de las políticas neoliberales; sin embargo, aún es mucho el poder y la influencia que tiene el imperialismo sobre el Estado mexicano. Por ello, el Partido Popular Socialista de México considera que debe profundizarse el proceso de la Cuarta Transformación y que en el próximo periodo presidencial deben tomarse medidas que no solo consoliden los avances en la defensa de la soberanía e independencia nacionales, sino que además vayan más allá de lo hasta ahora alcanzado.
Por tal motivo, el Partido Popular Socialista de México, invita a luchar por las siguientes medidas para asegurar nuestra soberanía e independencia nacional:
1. Abandonar los tratados, como el TMEC, que supeditan el interés nacional al extranjero.
2. Impulsar por encima de cualquier interés transnacional, las fuerzas productivas nacionales, para fortalecer el mercado interno, con productos de manufactura nacional, ajenos a las transnacionales.
3. Fortalecer la independencia energética nacional y sus empresas, Pemex y la CFE.
4. Lograr la soberanía alimentaria, cedida mediante el TLCAN —hoy TMEC— a los productores norteamericanos.
5. Diversificar nuestras relaciones políticas y comerciales con todos los pueblos del mundo, fundamentalmente con los países de América Latina.
6. Fortalecer la política internacional de México, basada en los principios de la no intervención y el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
7. Abandonar cualquier tipo de políticas que tiendan a favorecer los intereses extranjeros sustituyéndolas por un nuevo modelo al servicio del pueblo y la nación.
8. Reglamentar las inversiones extranjeras para que sean solo complementarias al capital nacional y solo se reciban en los sectores productivos no estratégicos para la economía nacional.
3. DESARROLLO ECONOMICO NACIONAL
La recuperación del desarrollo económico nacional es una tarea iniciada por el gobierno de López Obrador que es necesario profundizar. Hoy en día el mundo se ve afectado por una severa crisis económica que está llevando a millones de seres humanos a la miseria; esta crisis económica se ha visto agravada por la pandemia de la Covid 19 y por la guerra Rusia-Ucrania que se ha entrelazado con la crisis general del capitalismo, que se manifiesta en la incapacidad de este sistema para resolver las necesidades más apremiantes de los pueblos.
Un puñado de grandes multimillonarios, que no alcanza el 1% de la población total del mundo controlan la economía global; por otro lado, la inmensa mayoría de los habitantes de la Tierra se ven en la necesidad de subsistir en la pobreza, si no es que, en la miseria, cubriendo apenas sus requerimientos más básicos para la subsistencia. Es por ello por lo que existe la necesidad de implementar el desarrollo económico, que a la vez que produce riquezas es capaz de distribuirlas con mayor justicia, que respeta la soberanía de los pueblos y es amigable y sustentable con el medio ambiente, además que contribuye a la disminución del calentamiento global.
Si bien, en México, bajo el gobierno que inició la Cuarta Transformación, se han dado algunos giros en ese sentido, como el hecho de no orientar el presupuesto a fortalecer la economía de las grandes empresas, sino a promover el consumo de las masas populares, aún quedan muchos pendientes por realizar.
Por tal motivo, el Partido Popular Socialista de México, invita a luchar por las siguientes medidas para impulsar el desarrollo nacional independiente:
1. Fortalecer las empresas que conserva el Estado como patrimonio nacional, modernizarlas y hacer eficiente su desempeño, para que sirvan como sostén de la economía del país.
2. Crear nuevas empresas de carácter estatal, en todas las ramas fundamentales de la economía, tales como las comunicaciones digitales, los ferrocarriles, los puertos, los aeropuertos, la industria químico-farmacéutica, la industria de los fertilizantes, la industria metal metalúrgica, la minería.
3. Establecer programas de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas de capital nacional, para que al lado de las empresas estatales produzcan los bienes y servicios que requiere el pueblo mexicano.
4. Fomentar la ganadería intensiva, prohibiendo la exportación de ganado en pie y solo vender al extranjero el producto excedente después de cubrir las necesidades del mercado nacional. Modernizar la pesca y ampliar su mercado interno.
5. Rescatar la agricultura, alejándola de las políticas de los tratados de libre comercio, impulsar la producción de los pequeños propietarios, con modelos que permitan la modernización de esta rama de la economía, proporcionar los insumos necesarios y orientarla a la producción de alimentos básicos para el pueblo mexicano y no a la producción para la exportación, que generalmente es altamente consumidora de agua.
6. Establecer un sistema nacional de abasto que elimine la especulación y mantenga estables los precios de los productos básicos para la población.
7. Gravar el ingreso de las grandes empresas, fundamentalmente de las extranjeras, y eliminar, de manera progresiva, los impuestos al consumo, como el IVA y el IEPS y otros que afectan de manera desproporcionada a la población de menor ingreso, particularmente a la clase trabajadora. Es urgente gravar al capital y no al trabajo.
4.FORTALECIMIENTO DEL REGIMEN DEMOCRÁTICO
El régimen democrático determina las condiciones y la capacidad del pueblo para configurar, defender y transformar constante y progresivamente el tipo de sociedad y el país en que anhela vivir de manera plena y pacífica.
El primer gobierno no neoliberal después de 36 años representa, en general, un periodo progresista de la vida de nuestro país. El impacto que ha tenido en el régimen democrático el cambio de rumbo político de México, es decir, el abandono sustancial del modelo neoliberal se puede medir de manera objetiva en el establecimiento de medidas democratizadoras como las siguientes, entre otras:
a) La extinción del Estado Mayor Presidencial, el cuerpo de represión militar;
b) La extinción del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), la agencia de inteligencia civil de México;
c) La extinción de la convertida en elitista residencia presidencial “Los Pinos”;
d) La extinción de las privilegiadas pensiones a los expresidentes del país;
e) La creación de las diarias conferencias de prensa matutinas del presidente de la República;
f) La realización de la gran consulta nacional con que arrancó el Ejecutivo federal, sobre las obras materiales insignia de su administración, así como de consultas públicas locales para decidir sobre obras respectivas;
g) La creación, a nivel constitucional, de la pensión universal para todos los adultos mayores, sin discriminación;
h) La reforma constitucional y legal, así como su primera aplicación, respecto de la Revocación de Mandato al presidente de la República;
i) La reforma legal para establecer el carácter de delito grave a todas las formas del fraude electoral;
j) Por otra parte, en el aspecto subjetivo el surgimiento de la percepción popular de libertad y de creciente interés nacional para participar, protestar y opinar de manera pública sobre los diversos asuntos la vida política nacional.
No obstante, considerando el retroceso heredado por los seis gobiernos neoliberales consecutivos, aún falta mucho por hacer en este ámbito, sobre todo si nos basamos en el concepto de democracia establecido en el Artículo Tercero constitucional, que considera a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.
Por tal motivo, el Partido Popular Socialista de México, invita a luchar por las siguientes medidas para ampliar nuestro régimen democrático:
1. Garantizar el pleno ejercicio de la soberanía popular, así como el respeto irrestricto de la voluntad ciudadana expresada en las urnas, sin coacción de ninguna especie.
2. Emprender las reformas constitucionales, legales y políticas que sean necesarias para lograr la participación electoral de la inmensa mayoría ciudadana asegurando la plena efectividad del sufragio y, de manera muy especial, desarrollar plenamente la cultura de la democracia directa: establecer de manera formal y material en todos los niveles de gobierno y hasta en las pequeñas comunidades, los instrumentos propios de la democracia participativa, es decir la aplicación más amplia y ágil del plebiscito, el referéndum, la consulta popular y la iniciativa ciudadana.
3. Fortalecer la división de poderes incrementando las facultades y medios del Poder Legislativo para que tenga mayor competencia en la definición del orden jurídico, la planeación del desarrollo y la vigilancia de la administración.
4. Realizar una profunda reforma al Poder Judicial echando abajo las disposiciones neoliberales zedillistas impuestas en el Artículo 105 Constitucional que le otorgaron poder político a los ministros de la Corte por encima de los demás poderes, así como democratizar a este Poder eligiendo por medio del voto popular a los magistrados, todo para ponerlo al servicio del pueblo y la nación mexicana.
5. Desaparecer el Senado de la República, porque no responde a la situación actual de la República ni a los intereses nacionales y populares.
6. Desaparecer al Instituto Nacional Electoral (INE), por ser profundamente antidemocrático en su composición, sus resoluciones y actividades, sustituyéndolo por un organismo que sirva a los intereses de la democracia.
7. Desaparecer la absurda figura del “Consejero electoral”.
8. Establecer el sistema de representación proporcional en la integración del Congreso de la Unión, así como en las legislaturas locales y en los ayuntamientos, para que los partidos políticos estén representados según su verdadera fuerza electoral.
9. Establecer que los partidos políticos solamente recibirán financiamiento público y la igualdad en las prerrogativas para todos los partidos.
10. Incluir medidas precisas para combatir el oportunismo en la militancia partidaria, como es el llamado “chapulín político”.
11. Disminuir a 2% el mínimo de votación que los partidos políticos deben alcanzar para conservar el registro electoral y, desburocratizar el procedimiento de formación y registro de los partidos políticos.
12. Reformar la legislación electoral para impedir la intervención de las autoridades electorales, tanto administrativas como jurisdiccionales, en la vida interna de los partidos políticos.
13. Promover y vigilar el cabal ejercicio de las garantías individuales y sociales y otorgar seguridades específicas a los derechos de asociación y de huelga. Abolir expresamente toda forma de represión a la actividad ciudadana; asegurar en todos los órdenes la supremacía de la ley sobre las prácticas arbitrarias.
14. Revisar la legislación actual respecto del Fiscal General de la República. Agilizar el procedimiento para su elección, establecer la obligación de utilizar un instrumento idóneo de la democracia directa y, para el caso de su remoción, establecer la revocación de mandato. Igualmente, en las legislaturas locales para las fiscalías de los estados.
15. Garantizar la plena autonomía del municipio mediante el manejo libre de su hacienda y de sus planes de desarrollo, sin intervención de los poderes Ejecutivo y Legislativo del Estado y con la mayor iniciativa y participación populares.
16. Defender no solo cuantitativa sino cualitativamente la igualdad de derechos en materia de género y de la organización autónoma de los grupos indígenas.
5. ELEVACION DEL NIVEL DE VIDA DEL PUEBLO
Según lo dispuesto en la Constitución mexicana, el bienestar del pueblo es el fin superior de la democracia, entendida esta como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. De esta manera, la democracia solo accesoriamente es una forma de gobierno y una estructura política que tienen como objeto instituirse para beneficio del pueblo. A partir de esta tesis se comprende que los pobres lo son porque no tienen poder, por ello, para lograr su pleno bienestar el soberano popular debe empoderarse, acceder al poder real mediante la ampliación del régimen democrático logrado a través de la lucha social. Así, el bienestar del pueblo no será dádiva de nadie, sino una conquista democrática suya.
En México, según cifras del del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), para el 2020 cuatro de cada 10 personas vivían en situación de pobreza, lo que equivale a 43.9 por ciento de la población (55.7 millones de personas). De estos, en condiciones de pobreza extrema y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo, representa 8.5 por ciento de la población (10.8 millones personas).
De acuerdo a las cifras del CONEVAL, desde el indicador de la privación social, la población de México con al menos una carencia social (rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación), durante el 2020 representó
67.6 por ciento de la población (85.7 millones de personas), en tanto que el índice de personas con tres carencias sociales fue de 23 por ciento de la población (29.8 millones de personas). De estos indicadores, el que más resaltó fue el de carencia por acceso a la seguridad social que afecta a 52 por ciento de la población de México (66 millones de personas), aun cuando a juicio de investigadores estos datos son aún conservadores, al señalar que en nuestro país el número de mexicanos pobres es de 96.9 millones, argumentan que las definiciones estándar de la pobreza son engañosas generando políticas económicas inadecuadas.
La pobreza es resultado de la exclusión, la discriminación, la desigualdad, la explotación y la injusta distribución de la riqueza, solo se puede combatir de fondo si se atacan las causas que la generan. Solo en una sociedad superior que erradique definitivamente la explotación del ser humano y socialice los medios de producción económica se podrá garantizar a plenitud y de manera definitiva el bienestar social; sin embargo, ello será fruto de un largo proceso de luchas del pueblo por su emancipación y prosperidad.
El derecho del pueblo mexicano a vivir con bienestar, dignidad y tranquilidad implica la necesidad de asegurar a la población el acceso integral a la salud, la alimentación, educación, cultura, vivienda, seguridad, el desarrollo urbano, medio ambiente sano, trabajo y salario digno entre otros.
Una óptima calidad de vida representa gozar y mantener una existencia sin privaciones, un constante estado de satisfacción y bienestar humano con equidad y justicia, donde las personas sean sujetos activos participantes del proceso de desarrollo lo que incluye las relaciones de poder, para orientar de la política económica, sobre todo en cuestiones fundamentales como la participación del Estado en el desarrollo económico nacional con independencia y como entidad tutelar de los intereses de los desposeídos: la reforma agraria, la política fiscal, el desmantelamiento de la estructura neoliberal que agravó de manera brutal la desigualdad social y avanzar en la construcción de una sociedad en donde el pueblo sean el actor principal de las transformaciones profundamente humanas y democráticas. Una consecuencia de este enfoque es que, en lugar de solo hacer las cosas para los pobres, la política económica y social debe crear las condiciones para asegurar el acceso y la permanencia de los pobres en el poder, y cambiar su propia situación.
Por estas razones el Partido Popular Socialista de México invita a luchar por las siguientes medidas en defensa de los intereses populares y nacionales orientadas al bienestar social:
Reforma fiscal progresiva, que grave al gran capital nacional y extranjero de forma proporcional a sus ganancias y exente de impuestos al trabajo y, que grave al consumo suntuario, a las transferencias entre empresas subsidiarias usadas para la evasión, y al capital financiero en general, a sus inversiones en la Bolsa de Valores y en la especulación financiera. Aumentar el gasto público y a fortalecer la capacidad del Estado para la inversión pública productiva y de beneficio social que permita el desarrollo independiente del país.
1. Reducir o desaparecer las cargas fiscales a los artículos producidos por cooperativas, ejidos y comunidades.
2. Impulsar un programa integral, para la producción del campo y la agroindustria, orientado al consumo interno para asegurar la autosuficiencia alimentaria con la intervención del Estado en asociación con ejidatarios, comuneros, cooperativistas, pueblos originarios y pequeños propietarios.
3. Orientar el presupuesto público hacia el incremento del gasto social, especialmente en salud, educación, ciencia y cultura, con una permanente vigilancia y control social del gasto.
4. Garantizar el cumplimiento cabal del salario constitucional.
5. Establecer un control de precios con sanciones efectivas a quienes violen las disposiciones al respecto, así como una canasta básica necesaria para la vida que no esté sujeta a las veleidades del mercado.
6. SEGURIDAD Y CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ
Una de las mayores preocupaciones del pueblo mexicano es el problema de la inseguridad que se ha convertido en una condición social imperante en algunas de las regiones del país y que trastoca de muchas maneras la vida cotidiana. Muchos factores y formas de violencia se entrelazan provocando que las aspiraciones del pueblo mexicano para vivir en un entorno social pacífico y con tranquilidad sean truncadas.
Por una parte, el fenómeno tan complejo de la delincuencia organizada como industria ilícita trasnacional —tráfico de estupefacientes, armas o trata de personas—, se agudizó gravemente durante el periodo neoliberal, dado que produjo la condición económica en la que prevalece la ganancia por encima del bienestar y además la condición social de impunidad y corrupción que permite a grupos delincuenciales acceder al lucrativos negocios pasando por encima de la seguridad, tranquilidad y bienestar de los pueblos.
Una de las mayores afectaciones derivadas de la implementación del neoliberalismo en México se encuentra la presencia de grupos delincuenciales que se han apoderado de parte de la economía, así como zonas del territorio nacional y que generan delitos como secuestro, desaparición, feminicidios y diversas modalidades de trata de personas. Con el modelo neoliberal se dejaron de lado los intereses del Estado-nación y del bienestar social para poner por encima de todo las necesidades del capital que no siempre se produce de forma legal, a la vez que se produjo el abandono de amplios sectores productivos por parte de los gobiernos neoliberales que crearon un ambiente propicio para el incremento de la delincuencia, cobijada por cacicazgos y autoridades estatales y municipales profundamente corruptas que les permiten desarrollar sus industrias ilícitas con la mayor impunidad.
La población mexicana de algunas regiones ha quedado a merced de esos grupos de la delincuencia organizada que provocan graves daños a la nación, muerte por homicidio de los jóvenes, reclutamiento para trabajo forzoso, desapariciones y explotación sexual de mujeres.
Aunque el problema de la inseguridad es grave, la estrategia no puede ser la mano dura o políticas punitivo-represivas como las implementadas por los gobiernos neoliberales, particularmente de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto que ensangrentaron al país y reprimieron a los movimientos sociales.
La estrategia correcta es enfocar todos los esfuerzos a la prevención, combatir la corrupción, injusticia e impunidad, afectar intereses económicos de los grupos delincuenciales y trabajar para la integración comunitaria y la construcción de la paz con justicia y bienestar.
En ese sentido el Partido Popular Socialista de México, invita a luchar por las medidas para enfrentar la inseguridad y contribuir a la construcción de la paz en el país:
1. Combatir y erradicar la impunidad y la corrupción generalizada que impulsaron los gobiernos neoliberales, particularmente en el Poder Judicial, las instituciones responsables de la seguridad y el modelo de impartición de justicia.
2. Depurar al Poder Judicial y las corporaciones de seguridad.
3. Afectar los intereses económicos derivados de negocios ilícitos y el blanqueo de capitales que se deriva de ellos.
4. Denunciar y sancionar a empresas que introducen de forma de forma ilícita armas a nuestro país y que llegan a manos de los grupos criminales.
5. Las políticas de combate a la inseguridad deben enfocarse en la prevención y atención de las causas que la generan.
6. Los programas sociales de beneficio particular deben fortalecerse con estrategias que posibiliten la organización social, comunitaria y que permitan recuperar el sentido de pertenencia, identidad y cohesión nacional que el modelo individualista neoliberal dejó de lado en aras de un modelo individualista carente de solidaridad y sentido de lo colectivo que lleva a la deshumanización.
7. La educación debe constituirse como una herramienta clave para la transformación social, la constitución da las bases para desarrollar un modelo educativo que permita fortalecer principios necesarios para el respeto de la dignidad de las personas y el beneficio colectivo, fue dejada de lado por el modelo neoliberal durante más de 35 años, pero hoy existen las condiciones para crear una pedagogía mexicana que nos permita potenciar las capacidades de las personas; a la vez que se desarrolla un sentido de identidad, pertenencia a la comunidad y aprecio por la familia.
8. Una herramienta que permite la reconstrucción social y la apropiación de espacios para la comunidad es impulsar una estrategia masiva de fomento de las actividades artísticas, manifestaciones culturales y grupos deportivos en el ámbito comunitario lo que permitirá fortalecer el sentido de pertenencia y la vida en colectivo en los barrios, colonias y municipios del país.
9. Debe desarrollarse una amplia agenda para el trabajo con la juventud en el sentido de garantizar su perspectiva, el acceso a la educación, el tiempo de ocio y sano esparcimiento, la cultura, el arte, el deporte y todo aquello que lleve a potenciar las capacidades de las nuevas generaciones de jóvenes mexicanos.
10. Nuestro país debe desarrollar una transformación cultural que permita a la sociedad en su conjunto comprender que la violencia que nos heredaron los neoliberales no es normal y que debe combatirse tanto en las estructuras que generan formas de violencia, desigualdad y pobreza, como en la violencia que se hace presente en las prácticas sociales que se asumen como válidas y que sostienen discursos de discriminación, racismo, clasismo, misoginia y en las violencias directas que se ejercen como prácticas cotidianas en contra de la niñez, las mujeres y personas adultas mayores.
7. DERECHOS DE LA CLASE TRABAJADORA
El neoliberalismo, que ha asolado por largas décadas a nuestro país y a casi todo el mundo, ha dejado a la vista su carácter rapaz que, en el caso de los países dependientes, despoja al Estado de su atributo fundamental, la soberanía, supeditándolo aún más a las poderosas fuerzas económicas internas u oligárquicas y sobre todo externas o imperialistas que saquean con mayor voracidad las riquezas nacionales, sobreexplotan la fuerza de trabajo, privatizan la economía e impiden el desarrollo independiente de los pueblos. Los grandes beneficiarios del modelo son las empresas que obtienen millonarias ganancias mientras que la clase trabajadora se hunde en la precarización, pobreza y se enfrenta a bajos salarios, desempleo, inseguridad en el empleo y con limitado acceso a la seguridad social.
Los gobiernos neoliberales de México (1982-2018), se dedicaron a desaparecer los grandes logros alcanzados por la revolución mexicana: privatizaron bienes nacionales; impusieron topes salariales y avalaron la tercerización laboral (outsourcing); sustituyeron el sistema solidario de pensiones por las Afores; impusieron la UMA para el pago de pensiones, con lo que redujeron los ingresos de los jubilados; acabaron o mutilaron contratos colectivos; aumentaron impuestos al trabajo —mientras se los perdonaban al gran capital—, entre otras políticas contrarias a los intereses nacionales y populares, que dañaron profundamente las condiciones de vida de los trabajadores y de sus familias.
Frente a ello, la clase trabajadora tiene enormes tareas pues además de la lucha gremial por demandas inmediatas, económicas y laborales, es necesaria una lucha política, para dar la batalla en el terreno ideológico mediante la teoría de la lucha de clases.
Si bien en materia de legislación laboral la 4T ha impulsado iniciativas de reformas como la de regular del outsourcing, hace falta una revisión a fondo sobre la legislación y prácticas en materia del trabajo, la justicia laboral y la organización sindical.
Por tal motivo, el Partido Popular Socialista de México, invita a luchar por las siguientes medidas para defensa de la clase trabajadora:
1. Contra la precarización laboral. Combatir todas las formas de precarización laboral que impiden a la clase trabajadora acceder a sus derechos individuales y colectivos, ya sea contratos temporales, tercerización o modalidades de supuesto autoempleo como las plataformas de servicios en las que quienes trabajan en ellas carecen por completo de reconocimiento como trabajadores.
2. Sistema de pensiones. Restituir el carácter solidario del sistema de pensiones, eliminando las empresas mercantiles privadas denominadas Afores que se enriquecen a costa del dinero de la pensión de los trabajadores de México; unificar los sistemas de pensiones en uno solo.
3. Acceso universal a la seguridad social. Para toda la clase trabajadora de México, ya sea en el trabajo fabril, servicios o en el campo.
4. Igualdad de derechos. Unificar el contenido del Artículo 123 Constitucional para los trabajadores que estén al servicio del Estado y de los particulares. Entre otras, para los primeros, al pleno derecho de huelga, y contar con contrato colectivo de trabajo y, sin que se pierdan las conquistas de los primeros que responden a condiciones particulares, como las vacaciones de los maestros y otras de cada una de las secretarías del gobierno federal y de los otros dos ámbitos: estatal y municipal.
5. Salario justo. El salario debe cumplir con el mandato constitucional de ser suficiente para el sostenimiento de una familia.
6. Derechos de las mujeres trabajadoras. Las mujeres trabajadoras deben contar con los derechos necesarios que les permitan una crianza con apego y en beneficio de la niñez; como incrementar la licencia de maternidad con paga por seis meses después del parto para asegurar la lactancia materna exclusiva y a libre demanda; servicios de guarderías para las familias trabajadoras, reducción de la jornada de trabajo o facilidades para el trabajo en casa en caso de niños en edad escolar; se debe hacer cumplir la ley para que todas las trabajadoras que laboran en el servicio doméstico cuenten con un salario digno y sean inscritas a la seguridad social. El trabajo doméstico debe ser considerado como un trabajo no remunerado y se debe garantizar a las mujeres mexicanas acceso al sistema de pensiones por ese trabajo realizado sin salario alguno.
7. Seguridad y salud en el trabajo. Debe incrementarse la vigilancia a las empresas de alto riesgo (como la minería) respecto de las condiciones de trabajo para garantizar en todo momento la seguridad de los trabajadores.
8. Protección a la niñez. Vigilar de manera irrestricta las prohibiciones del trabajo infantil, pues a pesar de que la legislación laboral es muy clara al respecto; la práctica de emplear mano de obra de niños prevalece en muchas regiones del país.
9. Tiempo de recreación y de descanso. Una de las consecuencias más duras de la explotación laboral es que anula la posibilidad de descanso y de tiempo de recreación para el trabajador y su familia, doble jornada laboral para que el varón pueda conseguir un poco más de ingreso, doble jornada para la mujer que trabaja de forma remunerada y no remunerada en casa, trabajo de las y los jóvenes para aportar al ingreso familiar muchas veces dejando de estudiar; el derecho al descanso y a disponer de tiempo y espacios de esparcimiento es una necesidad que puede ser resuelta mediante una mejor distribución de la riqueza.
10. Insumos y protección para los trabajadores del campo. Considerar el trabajo de los campesinos como prioridad en el desarrollo nacional como vía para lograr la autosuficiencia alimentaria y combatir el hambre y la desnutrición.
8.- EDUCACIÓN PARA LA LIBERACIÓN NACIONAL
La educación es una teoría y una práctica sobre la formación del ser humano y su destino; representa el factor social más poderoso con el que cuenta la sociedad, para forjar el tipo de persona que la comunidad necesita, conduciendo a la especie humana hacia el tipo ideal de la existencia que el sistema social ha formado. Educar, en consecuencia, significa formar seres humanos de acuerdo con las necesidades de la comunidad. La esencia de la educación consiste en saber qué tipo de sujeto debe formarse, de acuerdo con el modelo de sociedad al que se aspira.
Siendo la sociedad un conjunto heterogéneo, en constante lucha, sin conciencia unificada a causa de la división de clases, la educación como producto histórico responde a las ideas predominantes en cada periodo de la evolución humana, forjadas por la clase social dominante para perpetuarse en el tiempo formando adeptos del régimen social imperante.
Pero también, la educación, como producto de las luchas de los pueblos, es transmisión sistemática de las mejores realizaciones sociales a las nuevas generaciones; de asimilación y desarrollo de bienes culturales, de lenguaje, de costumbres y tradiciones positivas, de pensamientos y sentimientos.
Así, a las ideas dominantes de la clase propietaria, los desposeídos oponen otro tipo de ser humano y otro tipo de sociedad; y hasta donde sus recursos se lo permiten, impulsa una educación distinta que forje seres humanos emancipados que luchan por transformar la sociedad poniendo la educación al servicio de las causas de los pueblos.
Durante todo el periodo neoliberal, la hegemonía de los neoliberales en el ámbito educativo fue brutal; puesta la educación al servicio de los intereses trasnacionales que se apoderaron de la economía del país y de sus riquezas naturales, el culto a la eficiencia productiva y la obtención de la máxima ganancia se extendió también al sistema educativo; la educación para el mercado se hizo un imperativo estratégico quedando regida bajo las normas de la supuesta competitividad capitalista. La educación pública quedó a merced de la evaluación privada y la determinación de los organismos de dominación internacional como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), la Organización Mundial del Comercio (OMC), la llamada Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y la tenebrosa Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Las políticas neoliberales en materia educativa en México aplicadas durante cuatro décadas llevaron a la privatización de la orientación de este sector. La orientación de la educación como un derecho del pueblo para el progreso independiente de México y el bienestar social se olvidó, para imponer en su lugar una instrucción instrumentalista en beneficio del proyecto neoliberal para la integración subordinada a la economía norteamericana, el coloniaje y la dependencia.
Como consecuencia, el rezago en todos los órdenes de la educación se profundizó llevando al país a ocupar los últimos lugares en el ámbito mundial en evaluación educativa: en 2018, México quedó ubicado en el lugar 117 de 137 países evaluados. El atraso en materia educativa no solo se tradujo en bajo nivel de aprovechamiento escolar en educación básica y alto grado de deserción escolar en el nivel medio y superior, sino también en atraso social y subdesarrollo.
Esta situación respondió a la estrategia de dominación colonial impuesta por el imperialismo norteamericano para que el país cumpliera el papel asignado como país maquilador y exportador de materia prima barata. La difícil situación de la educación en México es la herencia de un sistema degradado por el neoliberalismo, la burocratización institucional y el control autoritario de las y los trabajadores de la educación quienes, en este trance, perdieron algunos derechos fundamentales.
Por tal motivo, el Partido Popular Socialista de México, invita a luchar por las siguientes medidas por una educación para la liberación nacional:
1. Es fundamental llevar a la práctica en todo el sistema educativo los principios y normas establecidos en el Artículo 3° constitucional, en bien del progreso independiente de la nación y el bienestar de los mexicanos, observando que se cumplan fielmente todos los aspectos avanzados de la enseñanza en México; esta es una obligación que compete en primer lugar al Gobierno de la República y en seguida a los sindicatos de los trabajadores de la educación y a los maestros.
2. La educación nacional y popular, orientada por su sentido democrático y científico, debe ser ajena a todo credo religioso y, en cambio, acentuar su orientación científica con profundo sentido humanista, además de perseguir el desarrollo integral de los mexicanos y el amor a la patria, debe crear conciencia y actitud consecuente hacia la lucha por la paz, contra la destrucción del entorno natural, contra todas las formas de discriminación de razas, sexos, nacionalidades, credos y edades, y por la defensa de los derechos humanos individuales y sociales, la democracia y la justicia.
3. La educación pública mexicana en todos sus niveles debe estar al alcance del pueblo, por lo que debe ser gratuita y prohibirse cualquier tendencia privatizadora, así como las limitaciones que se oponen al acceso a la educación superior y la cultura en sus diversas formas.
4. La nueva estrategia educativa debe orientarse a la descolonización de nuestra cultura y pensamiento, para que sea realmente un instrumento de la democracia, entendiéndola como un sistema de vida que garantiza mejores condiciones de vida del pueblo mexicano. Una educación para la liberación nacional.
5. Una auténtica transformación educativa requiere de la más amplia organización y movilización en torno a un programa político vinculado con las necesidades populares, como alternativa democrática y popular para resolver la crisis educativa heredada del neoliberalismo y para convertir a la educación en motor de la emancipación y la justicia social.
6. La educación que México necesita orientarse mediante la ruptura definitiva de la dependencia económica, científico-tecnológica y cultural respecto del imperialismo estadounidense.
7. La modernidad capitalista ha desarrollado un inmenso aparato educativo extracurricular apoyado principalmente en las tecnologías de la comunicación; por ello, la educación no puede ceñirse solo al ámbito escolar; la cultura y la educación como herramientas transformadoras son elementos de un mismo universo.
8. La nueva orientación educativa no neoliberal del país demanda una educación humanista, nacionalista, emancipadora y anticolonial, pero para profundizar dichos cambios se requiere la transformación en el mismo sentido de los sujetos de la acción educativa comenzando con la formación de un profesorado comprometido con las necesidades populares y el desarrollo nacional independiente.
9. El proceso de actualizar y dinamizar la educación debe iniciarse por los maestros. Para ello, debe reorientarse la educación normal, mediante el rescate de las mejores tradiciones y experiencias de la escuela mexicana, colocando al magisterio al frente de la educación para la transformación.
10. La educación Normal debe ser una función exclusiva del Estado, por lo que deben cancelarse todas las concesiones otorgadas a particulares, para garantizar que en los planes y programas de estudio de la educación Normal se profundice en el estudio profundo de la historia de México.
11. Los nuevos programas educativos deben promover el pensamiento crítico y solidario, en un diálogo continuo entre las humanidades, las artes y la ciencia como recursos para el bienestar y la transformación social, atendiendo la diversidad de cada comunidad, la pluralidad y de expresiones culturales presentes en los territorios.
12. La nueva estrategia educativa debe responder plenamente al reclamo popular, pues es tan importante la educación como la supervivencia material para crear un futuro diferente y una nación próspera, soberana e independiente.
13. La política educativa debe contemplar como una necesidad prioritaria, constante, la recuperación salarial y el mejoramiento profesional de los trabajadores de la educación.
14. Las universidades deben dejar de ser controladas por grupos de poder, de corrupción y centros burocráticos y neoliberales de erudición mediocre y estéril ajenos a las necesidades del pueblo y la nación; por el contrario, las universidades, como centros de docencia e investigación al más alto nivel, deben responder a las demandas del desarrollo económico, técnico y social del país, deben estudiar los problemas de México y proponer soluciones que contribuyan al progreso nacional y el bienestar social. Para ello, además de que sus programas y planes de estudio deben estar en consonancia con las orientaciones del artículo 3° constitucional, deben democratizarse y revisarse las leyes y normas que las regulan para que su régimen interno no esté por encima del mandato constitucional.
15. El magisterio universitario es pagado de una manera semejante a la mendicidad, sujeto a una normatividad punitiva y a un sistema neoliberal de remuneración individualista sustentado en “estímulos” al desempeño docente, que propicia el egoísmo, la simulación, la exclusión y la mediocridad. Por tal motivo, debe establecerse un sistema salarial digno y suficiente donde el sueldo de los profesores y profesoras se incremente sustancialmente y les permita vivir con decoro, sin menoscabo de sus derechos laborales y conquistas sindicales.
16. Es necesario celebrar un Congreso Nacional de Educación, para escuchar todas las voces de los profesores participantes, el cual debe estar precedido por congresos nacionales temáticos (no foros), sobre educación normal, técnica, superior, indígena; sobre pedagogía, derechos laborales, presupuesto, etc., y cuyos resolutivos sean entregados al Congreso de la Unión para que este realice las reformas a la Constitución, y las leyes reglamentarias y secundarias en materia educativa.
9.- DERECHOS DE LAS MUJERES
En el sistema capitalista la brecha de género está marcada por grandes desigualdades. La brecha mayor es la económica. Las mujeres quedaron sometidas al ámbito de trabajo doméstico no remunerado para garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo que sostiene al capitalismo, haciendo de ellas dependientes. Esta posición repercute en las demás esferas a lo largo de su vida, limitando sus derechos a elegir una vida libre de violencia, su derecho reproductivo, de participar en la política y la vida pública, etcétera.
Por otra parte, cuando las mujeres se incorporan como fuerza de trabajo remunerado el capitalismo impone nuevas formas de explotación: horarios agotadores, cambios arbitrarios de turnos, bajos salarios, infames condiciones de trabajo, etcétera.
En 1948 al crear el Partido Popular (PP), Lombardo Toledano señaló que sería el partido de las mujeres y, que hombres y mujeres por igual habrían de dirigir esa fuerza política instrumento del pueblo mexicano para resolver los grandes y graves problemas del momento.
Hizo en aquel entonces un llamamiento a las mujeres del pueblo mexicano a participar activamente en la vida política del país, señaló que no puede haber democracia donde las mujeres no tienen los mismos derechos del hombre, y que ningún avance en la esfera económica, social y cultural podrían ser posibles sin la incorporación verdadera de las mujeres en todas las actividades y en todos los derechos que constituyen la vida del pueblo y de la república.
El proceso posrevolucionario y la lucha de las fuerzas progresistas de la nación lograron que el 17 de octubre de 1953 fueran aprobadas las reformas constitucionales para que las mexicanas gozaran de la ciudadanía plena. En las elecciones federales de 1955, las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto.
Este hecho es un logro trascendente en la lucha de las mujeres y de las fuerzas progresistas en el camino de ampliar el régimen democrático y permitir el derecho de la participación de la mujer para decidir los destinos del país; en el siglo actual se suscriben grandes logros en el marco normativo y/o jurídico en el camino por alcanzar la igualdad de derechos de las mujeres con respecto a las alcanzadas por los hombres, por ejemplo, la paridad de género en el ámbito legislativo, en la integración del gabinete, así como cada vez es mayor el número de mujeres que ingresan a las universidades y que ocupan un espacio en la vida económica, social y cultural de la vida pública del país, sin embargo, al vivir en un país capitalista dependiente quienes alcanzan esos logros son fundamentalmente mujeres de la clase media y de la burguesía y quedan al desamparo los millones de mujeres sin oportunidades como las que conforman familias de trabajadores y de los sectores indígena y afroamericano que no cuentan con los medios para salir adelante.
Por una parte, si la mujer solo se dedica a su hogar y cuidado de los hijos no tiene libertad económica pues no recibe remuneración alguna y es dependiente del proveedor y si, además trabaja como asalariada existe una explotación doble: la que sufre de parte del capitalista y la que sufre en el hogar, a este cuadro desolador hay que aumentarle la precariedad salarial, la falta de apoyo por parte del Estado en el cuidado de los hijos, a que no siempre cuenta con seguridad social y a la desigualdad salarial en relación a los varones por el mismo trabajo.
Lo anterior se vio agravado con la aplicación del modelo neoliberal en México de 1982 a 2018 que trajo consigo el agravamiento otros grandes problemas como el de la desaparición y muerte de miles de mujeres, ya que en cumplimiento de los mandatos del FMI y Banco Mundial fue firmado el Tratado de libre comercio que permitió la instalación en todo el país, pero principalmente en la frontera norte de maquiladoras en donde las trasnacionales vieron el gran negocio al poder fabricar insumos para la producción de mercancías elevando exponencialmente sus ganancias contratando mano de obra barata fundamentalmente femenina demás de no pagar aranceles; esta situación acompañada del incremento de la inseguridad, la corrupción de funcionarios públicos y el crecimiento de grupos criminales del narcotráfico y la trata de personas conllevo a esta indignante situación.
Este fenómeno anteriormente expuesto es solo una manifestación del capitalismo en su modo neoliberal la verdad es que las consecuencias de privatizar la industria nacional y los servicios de salud, educación, cultura, recreación entre otros trajo consigo el desempleo a millones de trabajadores, generando una pobreza inmensa en la mayoría de las familias mexicanas consecuentemente la violencia de género, el machismo, la misoginia y otras lacras de la sociedad capitalista se vieron incrementadas al grado de tener que tipificarse el delito de feminicidio y establecerse las llamadas alertas de violencia de género. Otra sensible e incuestionable evidencia del fracaso capitalista.
México es el país de América Latina donde más feminicidios se cometen, además de las desapariciones y secuestros hacia las más jóvenes con fines de “trata de personas” incluido el abuso sexual contra las infancias;
A partir de 2018 en que contamos después de 36 años con un presidente que ha dado un viraje a la política neoliberal, es necesario y urgente una agenda que se dirija a reducir las desigualdades entre hombres y mujeres y la violencia de género.
Por tal motivo, el Partido Popular Socialista de México invita a luchar por las medidas siguientes a favor de los derechos de la mujer:
I. Ejercicio de los derechos económicos:
1. Garantizar el derecho al trabajo bien remunerado e igualdad de oportunidades considerando las condiciones particulares de las mujeres referentes a la reproducción y atención de los hijos, (acciones dirigidas a humanizar la crianza)
2. Equiparar el salario mínimo de la maquila al del resto de la industria.
3. Implementar un programa de vivienda digna y de bajo costo para las áreas rural y urbana más vulnerable, con enfoque de género.
II. Institucionalidad y políticas públicas:
1. Alcanzar la coordinación para articular acciones de los tres poderes y niveles de gobierno para garantizar a las mujeres mexicanas una vida libre de violencia(s); particularmente con relación a la forma más grave de violencia que es el feminicidio y la violencia feminicida, contemplados tanto en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, como en el Código Penal Federal.
2. Fortalecer y articular mejor las políticas prevenir la violencia y lograr mayor capacidad y autonomía económica de las mujeres, así como para eliminar los riesgos que ellas enfrentan en los espacios públicos: en el mercado de trabajo, en el ámbito de la participación política y el del trabajo en la comunidad.
3. Homologar los protocolos de actuación de las instituciones de procuración e impartición de justicia para reducir, hasta eliminar la impunidad.
4. Transformar y reorientar las funciones de la institución denominada Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de manera que cumpla un trabajo realmente preventivo y de protección respecto de la violencia contra la mujer, los niños y la familia en su conjunto, por las diversas causas. Que la institución cuente con las instalaciones y el personal necesarios para, en su caso, albergar de manera temporal, con dignidad, a mujeres y niños en riesgos por violencia intrafamiliar e incluso por extrema pobreza.
III. Acceso de las mujeres a la educación:
1. Medidas para el acceso de las mujeres a la educación: becas y centros de desarrollo infantil en centros educativos para mujeres madres, y ampliación de los programas de alfabetización principalmente en áreas rurales.
IV. Salud integral de las mujeres:
1. Fortalecer los centros especializados de atención a las mujeres tanto en el nivel preventivo como en hospitales de alta especialidad.
2. Programas permanentes orientados a la prevención de enfermedades como cáncer de mama y cervicouterino en todas las regiones del país, principalmente en zonas rurales donde no se tiene acceso a ellos.
3. Programas efectivos para la reducción de la muerte materna.
4. Garantizar a la madre el derecho de lactancia materna a libre demanda para su hijo al menos durante los primeros seis meses, como se recomienda por las instituciones internacionales del cuidado de la salud.
5. Autonomía del cuerpo de la mujer y pleno reconocimiento a los derechos sexuales y reproductivos. Las mujeres tienen el derecho a decidir sobre su cuerpo y recibir educación sexual oportuna al respecto.
6. Participación plena en la vida democrática. Las disposiciones legales que obligan a la paridad son aspectos formales, en el fondo hay que modificar las condiciones estructurales económicas y sociales que impiden a las mujeres una plena participación en la toma de decisiones políticas.
11. DERECHOS DE LA JUVENTUD
Los derechos de la juventud son aquellas garantías, atribuciones y obligaciones que tienen las y los jóvenes para desarrollarse integralmente, fomentando el desarrollo profesional, educativo, cultural y deportivo, en un contexto de paz y tranquilidad como condiciones necesarias para el cabal cumplimiento de estos derechos.
De acuerdo con el comunicado de prensa del INEGI del 08 de agosto de 2019, titulado “Estadísticas a propósito del Día Internacional de la juventud (12 de agosto)”, en el año 2018, 17.4 millones de jóvenes, es decir, la mitad de los jóvenes en nuestro país constituían parte la Población Económicamente Activa (PEA), de los cuales el 96.3% tenía algún empleo, mismos que se distribuían de la siguiente manera:
Empleados 66.8; trabajadores por su cuenta 14.0; jornaleros 7.4; obrero 5.6; trabajadores
sin pago 5.1; otra situación 1.0
Es decir, la amplia mayoría de los jóvenes eran empleados, jornaleros u obreros, menos del 1% tenía una cualidad de patrón o empleador, la condición laboral de los jóvenes no escapa a la estructura de clase en la que estamos divididos como sociedad; esta condición trae como consecuencia a los jóvenes trabajadores, bajos salarios, empleos sin prestaciones sociales, ni seguridad laboral.
En el ámbito educativo el panorama es el mismo: “La tasa neta de escolarización pasa de 98.4% en primaria y se reduce a 62% en preparatoria”, y esta tendencia se incrementa al acceder a la educación superior, ya que solo dos de cada diez mexicanos de 25 a 64 años han cursado una carrera profesional, una tasa muy por debajo de países como Brasil, China, India o Sudáfrica, por no mencionar a países líderes en el acceso a la educación profesional.
Estas condiciones propiciadas por el desmantelamiento de la educación pública y los derechos laborales durante el régimen neoliberal incrementaron el fenómeno social estigmatizado como “Ninis”, población de jóvenes que no estudian ni trabajan, llegando a constituir el 21.4% de los jóvenes en 2018.
En las elecciones del 2018 se dio un rotundo ¡no! a la política neoliberal, en el primer gobierno de la Cuarta Transformación, se han implementa dos políticas que buscan atender estas problemáticas estructurales.
El programa Jóvenes Construyendo el Futuro llega a 321 mil 756 jóvenes en este año, quienes reciben un apoyo mensual de 5 mil 258 pesos, con el objetivo de instruirse en algún taller o centro de trabajo para aprender un oficio durante un año, y así poder obtener un empleo a futuro o generar sus propias iniciativas; apoyo económico que los arranca de la condición de “ninis” en la que el neoliberalismo los había tenido, para darles conocimientos técnicos para la vida laboral.
Con el programa Jóvenes Escribiendo el Futuro, se atiende a los jóvenes de escasos recursos que cursan sus estudios superiores, otorgándoles un apoyo económico de 2 mil 450 pesos mensuales durante el tiempo que dure la carrera, evitando así la deserción escolar por problemas económicos en la familia.
Pero no solo se atiende a quienes ya están estudiando en las universidades o tecnológicos, sino se atiende el rezago en infraestructura universitaria que padecía nuestro país, el programa Universidades para el Bienestar “Benito Juárez García” cuenta ya con 100 sedes en todo México, donde estudian 15 mil 501 estudiantes en poblaciones rurales o semi rurales.
Estos tres grandes programas orientados especialmente al desarrollo de la juventud llegan a atender los problemas ahondados por el neoliberalismo, sientan la base cultural y física para que los jóvenes de esta y próximas generaciones aspiren a una mejor calidad de vida y convivencia.
Por estas razones, el Partido Popular Socialista de México invita a luchar por las medidas siguientes a favor de los derechos de la juventud:
1. La implementación de desayunos escolares para todos los niveles de educación, comenzando por las zonas más marginadas de nuestro país, con el objetivo de generar condiciones de igualdad en el desarrollo de los estudiantes.
2. Creación de 32 Ciudades de la Juventud, que serían amplios centros de atención a la juventud, donde se contaría con bibliotecas, auditorios, dormitorios, cines, talleres de capacitación laboral específica, con el objetivo de dar a la juventud herramientas y condiciones para una vida social en paz.
3. Garantizar el derecho de todos los jóvenes al trabajo, en condiciones justas, prestaciones íntegras y salarios dignos.
4. Asegurar a los jóvenes su derecho a la educación en todos niveles, con las características que se señalan en el capítulo correspondiente a la educación.
5. Crear la Secretaría de la Juventud para que esta sea el garante de los derechos de todos los jóvenes, como lo son el derecho a la salud, a la educación y cultura, al deporte y recreación, a la alimentación y el vestido, al trabajo, a una vivienda digna y a la formación de nuevas familias.
6. Asegurar a la juventud mexicana acceso pleno al deporte, el arte, la cultura y la recreación como parte de su formación.
7. Desarrollar programas integrales de atención para la salud física y mental de la juventud, particularmente de prevención y tratamiento de las adicciones que se han convertido en un fuerte problema por el consumo en edades cada vez más tempranas.
8. Proteger a la juventud frente a la inseguridad y la violencia heredada de los gobiernos neoliberales y sus vínculos con grupos criminales.
El Partido Popular Socialista de México llama al a los trabajadores del campo y la ciudad, a las organizaciones sociales y fuerzas democráticas, patrióticas y progresistas, al pueblo de México en general a enriquecer este Programa Mínimo; a la reflexión, el análisis y divulgación de las propuestas para la transformación del país y luchar por ellas para construir una patria libre, democrática con justicia y bienestar social.
Comité Central del Partido Popular Socialista de México.
Ciudad de México, 15 de octubre de 2022.
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