viernes, 8 de mayo de 2009

!!!AGUAS CON LA NUEVA TRANSA¡¡¡ ,

Por: Uno menos uno igual a dos.

Hoy que han dado inicio las campañas electorales de manera formal en nuestro estado, con miras a renovar el congreso del estado; es seguramente el momento adecuado para hacer una reflexión en torno al rumbo que cada uno de los profesores y profesoras del estado de Puebla, habremos de seguir en el apoyo a los candidatos de nuestra predilección.

Y es imprescindible recordarles a todos los compañeros, que en nuestro estado, continúa la lucha del magisterio, con los ejes que guían las acciones: reconocimiento inmediato a los comités seccionales democráticos y la solución pronta al pliego petitorio que se ha presentado al gobierno del estado y la SEP.

Ya sea que coincidamos o no con el movimiento, hay un asunto de crucial importancia que no debemos perder de vista: somos docentes y en nuestras manos están alumnos a los que formamos o cuando menos, influimos para que de manera paulatina, vayan entendiendo la realidad que viven y en base a ello y los aprendizajes que construyen en la escuela, estén en condiciones de cuestionarse el estado de cosas que observan a su alrededor, las desigualdades de este nuestro país, los porqués de esta sociedad con un gobierno que limita, discrimina, enajena, somete, etc.

Es por ello que en nuestro diario proceder, tenemos que ser congruentes entre lo que decimos y hacemos.

No es posible que exijamos a los alumnos la práctica de valores como la tolerancia, la justicia, la equidad, la igualdad, el respeto, etc., cuando nosotros, los que en algunos casos sin serlo, nos llamamos “docentes” sin saber la enorme responsabilidad que en la acción implica tal función.

Es inaceptable que quienes tenemos en nuestras manos esa relevante encomienda, contrario a lo que debiera ser, no escuchemos los puntos de vista de los demás con la reciprocidad necesaria ¿dónde queda la tolerancia que pregonamos en la escuela?; no nos importen las desigualdades que cargan a diario más peso para sacar adelante al país, a los que menos tienen ¿y la justicia?; no nos interese en lo más mínimo reducir la brecha entre pobres y ricos si nosotros obtenemos beneficios personales ¿y la equidad?; no nos interese para nada luchar porque el beneficio social alcance a todos ¿y la igualdad?; no mostremos el menor de los respetos hacia nosotros mismos y luego hacia los demás, olvidándonos de que hay algo que se llama dignidad.
Lo lamentable es que ante estas evidencias, la conclusión es que algunos sólo somos docentes en el espacio marcado por las cuatro paredes de nuestra aula o en el mejor de los casos, en el espacio que abarca nuestra escuela.

Y esto no puede ser, la tarea docente tiene que ir más allá: tiene que ser incluyente en la toma de decisiones y tiene que ser verdadero ejemplo para los que formamos, antes de que los estemos haciendo pasivos y listos para la obediencia, recordemos que tenemos hijos y que no nos gustaría que sus maestros estuvieran haciendo lo mismo con ellos.

Y todo esto viene a colación porque hace unos días, domingo 3 de mayo, en el inicio de las campañas electorales, con profunda tristeza me tocó ser testigo del paso de una caravana de ilusos, de gente que carece de todo eso que acabo de mencionar (y aquí me refiero sólo a los “profesores”, respecto de los demás, su elección es comprensible y respetable), aplaudiendo con efusividad a su candidato de la Nueva Transa, el partido de la figura de más triste memoria en nuestro país, la que ha ofendido la dignidad de los verdaderos profesores: Elba Esther Gordillo Morales.
Y me da tristeza pensar que esos “profesores” no se identifiquen con el movimiento magisterial poblano y obedezcan las órdenes de su patrona y crean que con su acción ruin y de traición a sus compañeros maestros, obtendrán los beneficios que siempre han soñado: cambios de nivel, préstamos, ascensos, como si todo ello no fuera un derecho que los trabajadores tenemos, como si la dignidad tuviera precio.

Y me apena aún más, pensar que esos “profesores” tienen en sus manos a un grupo de alumnos. Y no quiero ni imaginar las actitudes que fomentan en ellos.

Y me parece que bien les vendría leer a Alexander Sutherland Neill y Antón Semiónovich Makarenko y su escuela humanista, Paulo Freire y su escuela liberadora, Gramsci y su filosofía marxista de la praxis, Rafael Ramírez y la escuela rural mexicana y otros grandes pedagogos, para entender la verdadera esencia de la docencia.
Y creo que este es el medio para recordarles que en el estado, los profesores tenemos la obligación moral de no votar por el PAN ni por Nueva Alianza. Hacerlo, sería lo mismo que traicionar a nuestros hermanos maestros.

Las razones son evidentes y no hace falta ser un sabio para entenderlas.

Por eso alzo la voz para conminar a esos compañeros para unirse a la lucha y hago un llamado a su escasa dignidad, para recordarles que es inaceptable su actitud, que cuando se reprime a los que buscan democracia sindical, ellos se hagan los sordos e invidentes (y ofrezco aquí una disculpa a personas con estas discapacidades, ya que aún éstas actuarían con mayor coraje y dignidad).
Reza un dicho popular que nunca es tarde cuando se quiere, por eso insisto en la invitación a unirse a nuestra causa y abandonar la de quien tanto daño ha hecho a los maestros del país, si es que aún hay una pizca de dignidad en ellos.

Su respuesta será esperada por nosotros, los maestros democráticos en lucha, pero mejor aún, por sus alumnos, que seguramente, merecen tener un mejor maestro, de quien en el futuro puedan sentirse orgullosos.

La invitación está hecha.
¡¡¡NI UNA CAMPAÑA ELECTORAL MAS, PAGADA CON NUESTRAS APORTACIONES SINDICALES!!!
!!!!NI UN VOTO AL PAN Y MENOS AL PANAL¡¡¡¡
!!!!SECCIONES UNIDAS, JAMAS SERAN VENCIDAS !

EL TAPABOCAS

Luis Javier Garrido


La decisión del gobierno de facto de Felipe Calderón de imponer a México el jueves 23 de abril una "alerta sanitaria" exagerada frente a la aparición del que en su origen se llamó virus de "influenza porcina", no ayudó mayormente a proteger la salud de los mexicanos, y luego de dos semanas la demagogia oficial ha entrañado graves consecuencias para el país, por lo que ante la inconformidad de diversos sectores el gobierno ha tenido que dar marcha atrás en su iniciativa.

1. El retorno a la "normalidad" de la vida colectiva fue decretado el lunes 4, echándose atrás luego de varios días de cuestionamiento sobre las cifras de las víctimas (el jueves 27 eran 149 muertos y ayer sólo 29), el carácter del virus, que se decía incurable y más tarde se reconoció que se cura, la inutilidad de las medidas de control social, y los estragos que las acciones del gobierno generaron a la vida económica.

2. Los hechos son más claros a las dos semanas de haber decretado el gobierno de facto su alerta y ahora se conoce que manipuló las cifras y trató de engañar. Nada ejemplifica mejor lo acontecido que el patético espectáculo que dio Calderón el miércoles 6 injuriando a los gobiernos de varios países porque tomaron en serio las informaciones demagógicas que virtió sobre el que se rebautizó como virus A/H1N1 o de la "influenza humana" y que en otros países llaman ya el mexican flu.

3. Luego de la alerta emitida, antes que brindar a la población el apoyo de la infraestructura médica del Estado, que se halla en extremo disminuida al seguir los panistas desmantelando al IMSS y al ISSSTE, el gobierno de facto lanzó una campaña para atemorizar a los mexicanos exigiéndoles con lógica neoliberal que se cuidaran ellos mismos, usando un tapabocas que nada más servía para generar una imagen visual, con una campaña de terror pocas veces vista, al grado de que un buen número de especialistas se empezaron a interrogar si lo que estaban buscando Calderón y sus amigos con el pretexto del virus no era un objetivo político.

4. El señalamiento más grave hecho a Felipe Calderón en estos días no es, por consiguiente, el de la ausencia de una política sanitaria y de salud en su gobierno, el de la inexistencia de un sistema de prevención en materia de salud o el del abandono a que está llevando a la investigación científica, y ni siquiera el de su ineptitud ante la situación que él generó, sino el derivado del origen de su propia iniciativa: de lo desproporcionado de las medidas impuestas frente a la naturaleza de un mal que nunca fue una epidemia, ni mucho menos una pandemia, como pretendieron él y sus colaboradores, enredados en la manipulación de las cifras y en el ocultamiento de la información, lo que evidenció muy pronto para muchos que se trataba de un plan premeditado con finalidades políticas ante la coyuntura electoral, aflorando así una posible responsabilidad política y jurídica de Calderón y de varios de sus colaboradores.

5. La supuesta "influenza porcina" no desnudó al país, sino al régimen y sus manipulaciones. El diagnóstico equivocado del gobierno espurio ante el problema y las erróneas políticas que impuso habrían sido consecuencia, según sus defensores, de la información equivocada entregada por las instancias de salud, y no de la mala fe, como se empeñaron en decir los comentaristas de Televisa en Tercer Grado el miércoles 6, pero las evidencias van en otra dirección: la campaña desmesurada de amedrentamiento, según se ha señalado, fue urdida por el enviado del Partido Popular español, Antonio Solá, gurú de Calderón, y su objetivo habría sido doble: a) fabricarle una imagen de autoridad al gobierno panista para justificar con base en encuestas el fraude electoral en julio, y b) llevar a cabo un ensayo de control de la población en términos totalitarios.

6. El decreto de Calderón para darse un marco seudojurídico a fin de enfrentar la situación, publicado en el Diario Oficial el 25 de abril (pp. 2-4), da pistas de lo que buscaba el gobierno espurio en estos días, pues no sólo no hubiera servido para combatir una epidemia de haber ésta existido, sino que es anticonstitucional y no hizo más que mostrar el talante fascistoide de los panistas. Fundándose en el hecho de que la Constitución prevé que la autoridad sanitaria "será ejecutiva" para dictar medidas preventivas, ante lo que llamó en esa fecha "un nuevo tipo de virus", que se habría propagado "en la ciudad de México y sus alrededores" causando "al menos 20 muertos", y que afirmaba "no es el habitual de la influenza estacional", sino "mutante de un virus que tiene origen porcino", Calderón se otorgó la facultad de violar domicilios, de cancelar el derecho de reunión y de suspender de hecho otras garantías individuales, sin obedecer al principio del 29 constitucional de que esto no puede hacerse, sino mediante una ley votada por el Congreso.

7. El gobierno espurio pretendió enfrentar la situación mostrándose como un poder eficiente, pero Calderón y sus amigos se equivocaron desde un principio, cometiendo todo tipo de torpezas que los exhibieron como un grupúsculo reaccionario e improvisado que buscaba manipular los datos con propósitos políticos, tratando de aparecer como los salvadores del pueblo sin darse cuenta de que estaban atropellando derechos y ocultando la información. El carácter absurdo de las medidas tomadas, que contrastaba con la respuesta de los demás países con casos similares, no hizo sino evidenciarlos más.

8. La medida de suprimir las actividades públicas, desde espectáculos hasta restaurantes, aunada a la exigencia a todos de desconfiar de los demás como supuestos portadores de un virus mortífero y de encerrarse, obligó a los mexicanos a enclaustrarse cautivos del duopolio televisivo que se erigió, en fin, una vez más, como el verdadero poder, portador de la verdad.

9. El daño hecho a México por Felipe Calderón, cualquiera que haya sido la maquinación tras la decisión, es gravísimo y no se podrá reparar distribuyendo 27 mil millones de pesos del erario como "estímulos" a los empresarios o como embute electoral a los trabajadores. La crisis económica que se ha agravado, el desastre en la porcicultura (que ha perdido 2 mil millones) y en la industria turística, el destino de los mexicanos en el exterior, la credibilidad de México en el mundo y el empobrecimiento de las mayorías son el resultado de toda esta serie de acciones perversas del gobierno que no puede quedar impune.

10. En una democracia se haría una investigación rápida y eficaz sobre las responsabilidades oficiales en tan turbio asunto, pero aquí existe el riesgo de que el episodio no quede más que como un precedente de que la extrema derecha hecha gobierno puede manipular impunemente al pueblo.

Publicado en La Jornada el 8 de mayo de 2009