La Jornada de Oriente..12 de mayo de 2010.
Los secretarios general de las secciones 23 y 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Eric Lara Martínez y Cirilo Salas Hernández, respectivamente, afirmaron ayer que la relación entre el candidato a gobernador por la coalición Compromiso por Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, y la líder vitalicia del magisterio, Elba Ester Gordillo Morales, fortalecerá los programas educativos y el combate al rezago educativo en la entidad.
Lo declarado por los líderes magisteriales es una prueba más del corporativismo que prevalece en la organización gremial más fuerte de América Latina, pues hasta donde se sabe no se hicieron consultas ni ejercicios similares para preguntarles a los maestros y auxiliares de la educación si estaban dispuestos, en primer término, a apoyar a determinado postulante, y en segundo lugar, a fungir como parte de su estructura electoral.
Para infortunio del SNTE esta expresión de alienación de la voluntad colectiva no es novedosa ni sorprendente: en las décadas recientes, el talante combativo y crítico del magisterio sindicalizado ha ido tornándose en una ominosa complacencia, cuando no sumisión total, ante el poder monolítico que ostenta Gordillo Morales, quien no sólo ha devenido en líder vitalicia –figura que hace recordar las más rancias costumbres antidemocráticas–, sino en dirigente de partido, apologista de gobiernos neoliberales y hasta dueña de las voluntades políticas de sus representados. Todo simultáneamente.
Se precisa que los maestros del sector público recuperen el sindicato que les pertenece para que no siga siendo materia de mercadeo de una sola persona.
Lo declarado por los líderes magisteriales es una prueba más del corporativismo que prevalece en la organización gremial más fuerte de América Latina, pues hasta donde se sabe no se hicieron consultas ni ejercicios similares para preguntarles a los maestros y auxiliares de la educación si estaban dispuestos, en primer término, a apoyar a determinado postulante, y en segundo lugar, a fungir como parte de su estructura electoral.
Para infortunio del SNTE esta expresión de alienación de la voluntad colectiva no es novedosa ni sorprendente: en las décadas recientes, el talante combativo y crítico del magisterio sindicalizado ha ido tornándose en una ominosa complacencia, cuando no sumisión total, ante el poder monolítico que ostenta Gordillo Morales, quien no sólo ha devenido en líder vitalicia –figura que hace recordar las más rancias costumbres antidemocráticas–, sino en dirigente de partido, apologista de gobiernos neoliberales y hasta dueña de las voluntades políticas de sus representados. Todo simultáneamente.
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