“Vosotros, señores ingenieros, y abogados, y médicos y periodistas, que tomáis asiento en las Juntas de Instrucción Pública, permitidme que os dirija muy respetuosa y humildemente esta súplica: Dejad esos asientos, porque no sabéis lo que traéis entre manos, porque estáis haciendo muchos desaciertos que darían mucho que reír, sí no dieran mucho que llorar; dejadlos, creedme, si amáis sinceramente la instrucción pública y queréis sus progresos”. (Carlos A. Carrillo, Agosto 1º. De 1886).
Pues bien, los pretendidos Consejos Escolares de Participación Social que se pretenden imponer en la gestión de las escuelas de Educación Básica a partir de la última semana del mes de septiembre, tendrán como tarea primordial la organización del trabajo escolar de los profesores y directores de Educación Básica, coordinar el trabajo específico de los diversos comités relacionados y comprometidos en el mejoramiento de la “calidad de la educación”.
A finales del siglo XIX, el educador Carlos A. Carrillo, en un artículo, que tituló: “Las Juntas de Instrucción”, sostenía que los miembros de las juntas debían ser maestros; es más, abogaba para que los miembros de las Juntas de Instrucción Pública renunciaran a su cargo en dichas juntas, pero, decía: ”...antes de separaros, hacedle otro muy señalado todavía, en reparación de tantos males como habéis causado, dejad un recuerdo grato de vosotros; proponed al Gobierno una ley que diga así poco más ó menos: En lo sucesivo, para ser miembro de una Junta de Instrucción, se necesita tener título de maestro de primeras letras, y haber ejercido la profesión durante algunos años”.
Hasta hoy, lo que existe, son las asociaciones de padres de familia, normadas por un reglamento que data del 2 de abril de 1980 y el objeto de dichas asociaciones es el de representar ante las autoridades escolares los intereses que en materia de educación sean comunes a los asociados.
Con los Consejos Escolares de Participación Social, los padres de familia ó tutores, estarán sobre representados, ya que tendrán por lo menos la mitad más uno de los votos, de esa manera, se convierten en los responsables de vigilar y controlar el trabajo de los profesores y directivos, sin posibilidades de maniobra para que el o los sindicatos de profesores puedan hacer mayorías. Ahora los papeles de los Consejos invierten los roles de profesores y directivos en relación con los padres de familia, con el agravante de que a dichos consejos, se incorporarán ex alumnos y personajes de la vida política y económica local.
En algunas poblaciones en donde se intentó constituir los Consejos Escolares, los profesores fueron relegados a un segundo plano, logrando protagonismo inmediato curas y comerciantes que vieron en la escuela una posibilidad de hacer negocios, esto en el plano municipal. El Secretario de Educación Pública está optimista, promete una convivencia escolar idílica muy difícil de conformar, cuando hay una realidad negra de la vida escolar que impide ver con claridad las redes de intereses, inercias burocráticas y espacios de poder político y sindical que van a impedir la integración, funcionamiento, cumplimiento de atribuciones como es la evaluación del trabajo escolar por personas que poco o nada tienen que ver con la educación pública como un derecho fundamental del pueblo mexicano.
En primer lugar, hay que señalar la nula o escasa cultura de participación de los padres de familia ó tutores en los asuntos relacionados con la educación de sus hijos.
Los Comités de las Asociaciones de Padres de Familia, siempre ó casi siempre han sido integrados por grupos minoritarios con intereses muy concretos como el manejo de las cuotas económicas que de voluntarias no tienen nada.
En otras circunstancias, dichos comités, son designados por los directores de escuela y estas prácticas, han generado el uso inadecuado de los recursos de los padres de familia y es fuente de conflictos y corrupción denunciados permanentemente y de manera cotidiana en la SEP y en los medios de comunicación.
Los nuevos Consejos Escolares buscan un nuevo control institucional, apoyado en los grupos regionales de poder, en una revitalización y nueva injerencia de los cacicazgos locales, en su mayoría, los grupos más atrasados como los que se imponen por medio de las armas en San Juan Copala, Oaxaca, en donde la escuela ha sido clausurada y los profesores han tenido que abandonar su trabajo por seguridad a su vida.
Los Consejos Escolares no trazan nuevas perspectivas de la vida escolar y de una nueva gestión democrática, no respeta a los principales actores del hecho educativo como son los profesores y su representación formal, el ó los sindicatos. Lo que tenemos a la vista, son líneas de control político, en usufructo de la crítica y las escuelas públicas; y en una perspectiva de la mercadotecnia, se abren las puertas de la educación pública para que el gobierno pueda abandonar tranquilamente, no sé qué tan tranquilamente, su compromiso constitucional de garantizar al pueblo su derecho a la educación pública de calidad.
En cuestión de horas, he recibido un importante número de correos sobre la difusión de mi nota anterior. En la población de San Luis de la Paz, Guanajuato, un grupo importante de profesores comentaron las preocupaciones aquí escritas, la misma opinión ha sido compartida con los profesores de los Comités Ejecutivos Seccionales que tienen la responsabilidad de participar en la construcción de los Consejos en sus estados.
Las redes sociales como las de los trabajadores de la educación del sindicato independiente de Baja California, han difundido las opiniones entre sus asociados y publicado en su portal en internet. Lo mismo ocurre con los profesores de Educación Física.
Creo que los profesores tenemos una oportunidad, que habría que pulsar el ánimo de una parte del magisterio pensante y con capacidad de convocatoria pública, para llamar a la más amplia discusión del contenido de las nuevas disposiciones burocráticas de la SEP y sobre todo de las consecuencias si el proyecto prospera tal cual ha sido concebido por el titular del ramo educativo en el país.
El Acuerdo 535, por el que se emiten los lineamientos para la operación de los Consejos Escolares de Participación Social, establece que será el director de la escuela ó su equivalente quien emitirá, en la tercera semana del mes de septiembre una convocatoria para celebrar una asamblea de la comunidad educativa. Tal vez el señor Secretario de Educación confunde el término “comunidad educativa, por el de comunidad escolar” y que según el diccionario wíkipedia la define de la siguiente manera:
Comunidad escolar es el conjunto de personas que influyen y son afectadas por un entorno educativo. Si se trata de una escuela, ésta se forma por los alumnos, ex-alumnos, docentes, directivos, padres, benefactores de la escuela y vecinos. Se encarga de promover actividades que lleven al mejoramiento de la calidad de la educación y lograr el bienestar de los estudiantes. Busca no solo impartir instrucción sino la educación integral, se caracteriza por estar abierta al cambio, ya que se encuentra en constante desarrollo. Es el colectivo de elementos personales que intervienen en un proyecto educativo; más concretamente, profesores y alumnos como elementos primarios, y los padres, como elementos muy directamente interesados.
La participación de los padres de los alumnos y la sociedad en los Consejos Escolares, busca la participación más amplia y el desarrollo de una cultura a favor de la transparencia, del respeto a la diversidad de opiniones, que fortalezca y eleve la calidad educativa. Hasta aquí no nos dicen como estos Consejos Escolares van a “elevar la calidad educativa”. Tampoco nos indican a que se refieren con el “respeto a la pluralidad de opiniones. ¿Significa que la escuela pública se convierte en arena de disputa de los intereses locales?
No logro entender qué es lo que reamente busca la SEP con los Consejos Escolares, pero Juan Cortada escribe ya el 26 de octubre de 1838 lo siguiente:
Las juntas son el punto de contacto de todas las opiniones, de todos los bandos, de todas las edades, de todas las profesiones, de todo. El carlista se rompe la cabeza con el cristiano, el comerciante dice pestes de los curiales, éstos dicen epidemias del comercio; el artesano trata de estafa al aristócrata, y el aristócrata llama ladrón al artesano; pero el carlista tiene juntas, el cristiano tiene juntas, el comercio tiene juntas, el curial tiene juntas…”
Los profesores tenemos una oportunidad de insertarnos en el debate educativo, de organizarnos y recobrar la voz para contribuir a clarificar la visión estrecha de los funcionarios sexenales, y no perder de vista que los funcionarios son pasajeros, los profesores son permanentes, la escuela pública, sus profesores y trabajadores son una fuerza histórica, a veces paralizada y silenciada, otras veces en movimiento. Algunas opiniones recibidas.
El autor es profesor del Bachillerato General Matutino del Benemérito Instituto Normal del Estado de Puebla. hernandez_luis21@yahoo.com.mx
Pues bien, los pretendidos Consejos Escolares de Participación Social que se pretenden imponer en la gestión de las escuelas de Educación Básica a partir de la última semana del mes de septiembre, tendrán como tarea primordial la organización del trabajo escolar de los profesores y directores de Educación Básica, coordinar el trabajo específico de los diversos comités relacionados y comprometidos en el mejoramiento de la “calidad de la educación”.
A finales del siglo XIX, el educador Carlos A. Carrillo, en un artículo, que tituló: “Las Juntas de Instrucción”, sostenía que los miembros de las juntas debían ser maestros; es más, abogaba para que los miembros de las Juntas de Instrucción Pública renunciaran a su cargo en dichas juntas, pero, decía: ”...antes de separaros, hacedle otro muy señalado todavía, en reparación de tantos males como habéis causado, dejad un recuerdo grato de vosotros; proponed al Gobierno una ley que diga así poco más ó menos: En lo sucesivo, para ser miembro de una Junta de Instrucción, se necesita tener título de maestro de primeras letras, y haber ejercido la profesión durante algunos años”.
Hasta hoy, lo que existe, son las asociaciones de padres de familia, normadas por un reglamento que data del 2 de abril de 1980 y el objeto de dichas asociaciones es el de representar ante las autoridades escolares los intereses que en materia de educación sean comunes a los asociados.
Con los Consejos Escolares de Participación Social, los padres de familia ó tutores, estarán sobre representados, ya que tendrán por lo menos la mitad más uno de los votos, de esa manera, se convierten en los responsables de vigilar y controlar el trabajo de los profesores y directivos, sin posibilidades de maniobra para que el o los sindicatos de profesores puedan hacer mayorías. Ahora los papeles de los Consejos invierten los roles de profesores y directivos en relación con los padres de familia, con el agravante de que a dichos consejos, se incorporarán ex alumnos y personajes de la vida política y económica local.
En algunas poblaciones en donde se intentó constituir los Consejos Escolares, los profesores fueron relegados a un segundo plano, logrando protagonismo inmediato curas y comerciantes que vieron en la escuela una posibilidad de hacer negocios, esto en el plano municipal. El Secretario de Educación Pública está optimista, promete una convivencia escolar idílica muy difícil de conformar, cuando hay una realidad negra de la vida escolar que impide ver con claridad las redes de intereses, inercias burocráticas y espacios de poder político y sindical que van a impedir la integración, funcionamiento, cumplimiento de atribuciones como es la evaluación del trabajo escolar por personas que poco o nada tienen que ver con la educación pública como un derecho fundamental del pueblo mexicano.
En primer lugar, hay que señalar la nula o escasa cultura de participación de los padres de familia ó tutores en los asuntos relacionados con la educación de sus hijos.
Los Comités de las Asociaciones de Padres de Familia, siempre ó casi siempre han sido integrados por grupos minoritarios con intereses muy concretos como el manejo de las cuotas económicas que de voluntarias no tienen nada.
En otras circunstancias, dichos comités, son designados por los directores de escuela y estas prácticas, han generado el uso inadecuado de los recursos de los padres de familia y es fuente de conflictos y corrupción denunciados permanentemente y de manera cotidiana en la SEP y en los medios de comunicación.
Los nuevos Consejos Escolares buscan un nuevo control institucional, apoyado en los grupos regionales de poder, en una revitalización y nueva injerencia de los cacicazgos locales, en su mayoría, los grupos más atrasados como los que se imponen por medio de las armas en San Juan Copala, Oaxaca, en donde la escuela ha sido clausurada y los profesores han tenido que abandonar su trabajo por seguridad a su vida.
Los Consejos Escolares no trazan nuevas perspectivas de la vida escolar y de una nueva gestión democrática, no respeta a los principales actores del hecho educativo como son los profesores y su representación formal, el ó los sindicatos. Lo que tenemos a la vista, son líneas de control político, en usufructo de la crítica y las escuelas públicas; y en una perspectiva de la mercadotecnia, se abren las puertas de la educación pública para que el gobierno pueda abandonar tranquilamente, no sé qué tan tranquilamente, su compromiso constitucional de garantizar al pueblo su derecho a la educación pública de calidad.
En cuestión de horas, he recibido un importante número de correos sobre la difusión de mi nota anterior. En la población de San Luis de la Paz, Guanajuato, un grupo importante de profesores comentaron las preocupaciones aquí escritas, la misma opinión ha sido compartida con los profesores de los Comités Ejecutivos Seccionales que tienen la responsabilidad de participar en la construcción de los Consejos en sus estados.
Las redes sociales como las de los trabajadores de la educación del sindicato independiente de Baja California, han difundido las opiniones entre sus asociados y publicado en su portal en internet. Lo mismo ocurre con los profesores de Educación Física.
Creo que los profesores tenemos una oportunidad, que habría que pulsar el ánimo de una parte del magisterio pensante y con capacidad de convocatoria pública, para llamar a la más amplia discusión del contenido de las nuevas disposiciones burocráticas de la SEP y sobre todo de las consecuencias si el proyecto prospera tal cual ha sido concebido por el titular del ramo educativo en el país.
El Acuerdo 535, por el que se emiten los lineamientos para la operación de los Consejos Escolares de Participación Social, establece que será el director de la escuela ó su equivalente quien emitirá, en la tercera semana del mes de septiembre una convocatoria para celebrar una asamblea de la comunidad educativa. Tal vez el señor Secretario de Educación confunde el término “comunidad educativa, por el de comunidad escolar” y que según el diccionario wíkipedia la define de la siguiente manera:
Comunidad escolar es el conjunto de personas que influyen y son afectadas por un entorno educativo. Si se trata de una escuela, ésta se forma por los alumnos, ex-alumnos, docentes, directivos, padres, benefactores de la escuela y vecinos. Se encarga de promover actividades que lleven al mejoramiento de la calidad de la educación y lograr el bienestar de los estudiantes. Busca no solo impartir instrucción sino la educación integral, se caracteriza por estar abierta al cambio, ya que se encuentra en constante desarrollo. Es el colectivo de elementos personales que intervienen en un proyecto educativo; más concretamente, profesores y alumnos como elementos primarios, y los padres, como elementos muy directamente interesados.
La participación de los padres de los alumnos y la sociedad en los Consejos Escolares, busca la participación más amplia y el desarrollo de una cultura a favor de la transparencia, del respeto a la diversidad de opiniones, que fortalezca y eleve la calidad educativa. Hasta aquí no nos dicen como estos Consejos Escolares van a “elevar la calidad educativa”. Tampoco nos indican a que se refieren con el “respeto a la pluralidad de opiniones. ¿Significa que la escuela pública se convierte en arena de disputa de los intereses locales?
No logro entender qué es lo que reamente busca la SEP con los Consejos Escolares, pero Juan Cortada escribe ya el 26 de octubre de 1838 lo siguiente:
Las juntas son el punto de contacto de todas las opiniones, de todos los bandos, de todas las edades, de todas las profesiones, de todo. El carlista se rompe la cabeza con el cristiano, el comerciante dice pestes de los curiales, éstos dicen epidemias del comercio; el artesano trata de estafa al aristócrata, y el aristócrata llama ladrón al artesano; pero el carlista tiene juntas, el cristiano tiene juntas, el comercio tiene juntas, el curial tiene juntas…”
Los profesores tenemos una oportunidad de insertarnos en el debate educativo, de organizarnos y recobrar la voz para contribuir a clarificar la visión estrecha de los funcionarios sexenales, y no perder de vista que los funcionarios son pasajeros, los profesores son permanentes, la escuela pública, sus profesores y trabajadores son una fuerza histórica, a veces paralizada y silenciada, otras veces en movimiento. Algunas opiniones recibidas.
El autor es profesor del Bachillerato General Matutino del Benemérito Instituto Normal del Estado de Puebla. hernandez_luis21@yahoo.com.mx
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