- En los de segundo y quinto, simplificaciones históricas, omisiones e incoherencias
- Persisten deficiencias en libros de texto gratuitos: Olac Fuentes
- "Contenidos, atados a la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares"
- Los materiales generarán mayores dificultades para el aprendizaje, asegura el especialista
Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
Lunes 23 de agosto de 2010, p. 38
En los nuevos libros de texto gratuitos para segundo y quinto grados de primaria, con los que continúa la segunda etapa de la Reforma Integral a la Educación Básica (RIEB), persiste la saturación de contenidos, simplificación de procesos históricos, omisiones y falta de coherencia interna, afirmó el especialista Olac Fuentes Molinar.
Agregó que, al igual que con los materiales de primero y sexto grados que se entregaron al comienzo del ciclo escolar pasado, presentan "muchos errores y evidencias de abandono e indolencia". Incluso, subrayó, es evidente que su contenido "se ató al proceso de Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares".
Con esos materiales, consideró el ex subsecretario de Educación Básica, la "primera víctima es el placer de aprender", pues no contribuyen en nada a una concepción seria de la calidad educativa ni al desarrollo de hábitos mentales y competencias que generen el gusto por saber.
Al analizar los 15 volúmenes correspondientes a segundo y quinto, de los que la Secretaría de Educación Pública (SEP) distribuirá a cinco de los 27 millones de alumnos de enseñanza básica que hoy regresan a las aulas al comenzar el ciclo escolar 2010-2011, comentó: "son materiales que generarán mayores dificultades para el aprendizaje de los alumnos y la práctica de la enseñanza de los maestros".
Hay exceso de información en su conjunto, destacó, pues al emplear criterios de selección "muy discutibles" se propició que en algunos temas importantes existiera insuficiencia de datos, pero al mismo tiempo se incluyen otros que son secundarios o irrelevantes.
La calidad de los textos, aseguró, "va de mediocre a francamente lamentable", pues presentan temas que son abordados dos veces, en libros distintos y con criterios diferentes. Es el caso de la obesidad y el sobrepeso en los libros de quinto grado para ciencias naturales y español.
Mientras en el segundo se señalan como "datos interesantes" las características de la persona obesa y se afirma que es la que tiene acumulación corporal de grasa causada por la ingesta compulsiva de alimentos todo el día, y se presenta un texto sobre las "trampas" del comedor compulsivo, en el de ciencias naturales para el mismo grado se afirma que es resultado de problemas causados por mala nutrición, lo cual puede causar confusión a los alumnos.
Expresó que también hay excesos en las actividades y prácticas que deben realizar los estudiantes, a quienes se solicita una autoevaluación y evaluación, en la que se busca "recuperar mucha información que es banal o no es significativa para el aprendizaje".
Un ejemplo, destacó, es que a los estudiantes de quinto se pregunta cuál es el nombre que adoptó Miguel Ramón Adauco Fernández, primer presidente de México, o si saben cuántos estados tenía el país en 1824.
Agregó que también se incluyen ejercicios triviales; por ejemplo, imaginar cómo sería un conflicto que se llamó Guerra de los Pasteles, con la realización de un dibujo, lo cual, consideró Fuentes Molinar, es "inadecuado o erróneo".
En las asignaturas de español y matemáticas para quinto y segundo grados, abundó, se enfrenta un problema "muy serio: es evidente que no se utilizaron las evaluaciones internacionales, como Pisa, para mejorar los contenidos".
En el caso de matemáticas, que presenta por vez primera los libros para primero, segundo, quinto y sexto con los contenidos de la RIEB, se puede afirmar que son "notablemente difíciles y convencionales para los grados en que se aplicarán".
El de español, indicó, se trata de una obra que está centrada en contenidos y reglas normativas de gramática, pero "no acaba de plasmar qué se entiende por competencias lectoras y es evidente que entre los autores prevalece un nivel cultural verdaderamente lamentable".
Al poner de ejemplo el bloque tres del libro de quinto grado de español, destacó que al abordar el tema de la poesía se menciona a José Emilio Pacheco y se incluye un fragmento del prólogo de su obra Gota de lluvia y otros poemas, pero al presentar los textos poéticos "no hay ninguno de su autoría y su ficha biográfica sólo aparece como dato interesante. En contraste, se optó por reproducir la obra de Enrique Lepe, funcionario de la Secretaría de Educación Pública".
El ex subsecretario de Educación Básica consideró que los libros no sólo "deben ser ejemplo impecable en su contenido y diseño, por ser la propuesta educativa del Estado, sino porque son instrumento insustituible, aunque no único, para la enseñanza de millones de niños".
Por ello estimó que ante el cúmulo de errores y "evidencias" de su deficiente calidad, "es claro que hay responsables y no sólo son los equipos que directamente los elaboraron. Hay funciones de alto nivel a quienes compete directamente esta autoría, es decir, el secretario de Educación Pública y el subsecretario de Educación Básica".
Agregó que, al igual que con los materiales de primero y sexto grados que se entregaron al comienzo del ciclo escolar pasado, presentan "muchos errores y evidencias de abandono e indolencia". Incluso, subrayó, es evidente que su contenido "se ató al proceso de Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares".
Con esos materiales, consideró el ex subsecretario de Educación Básica, la "primera víctima es el placer de aprender", pues no contribuyen en nada a una concepción seria de la calidad educativa ni al desarrollo de hábitos mentales y competencias que generen el gusto por saber.
Al analizar los 15 volúmenes correspondientes a segundo y quinto, de los que la Secretaría de Educación Pública (SEP) distribuirá a cinco de los 27 millones de alumnos de enseñanza básica que hoy regresan a las aulas al comenzar el ciclo escolar 2010-2011, comentó: "son materiales que generarán mayores dificultades para el aprendizaje de los alumnos y la práctica de la enseñanza de los maestros".
Hay exceso de información en su conjunto, destacó, pues al emplear criterios de selección "muy discutibles" se propició que en algunos temas importantes existiera insuficiencia de datos, pero al mismo tiempo se incluyen otros que son secundarios o irrelevantes.
La calidad de los textos, aseguró, "va de mediocre a francamente lamentable", pues presentan temas que son abordados dos veces, en libros distintos y con criterios diferentes. Es el caso de la obesidad y el sobrepeso en los libros de quinto grado para ciencias naturales y español.
Mientras en el segundo se señalan como "datos interesantes" las características de la persona obesa y se afirma que es la que tiene acumulación corporal de grasa causada por la ingesta compulsiva de alimentos todo el día, y se presenta un texto sobre las "trampas" del comedor compulsivo, en el de ciencias naturales para el mismo grado se afirma que es resultado de problemas causados por mala nutrición, lo cual puede causar confusión a los alumnos.
Expresó que también hay excesos en las actividades y prácticas que deben realizar los estudiantes, a quienes se solicita una autoevaluación y evaluación, en la que se busca "recuperar mucha información que es banal o no es significativa para el aprendizaje".
Un ejemplo, destacó, es que a los estudiantes de quinto se pregunta cuál es el nombre que adoptó Miguel Ramón Adauco Fernández, primer presidente de México, o si saben cuántos estados tenía el país en 1824.
Agregó que también se incluyen ejercicios triviales; por ejemplo, imaginar cómo sería un conflicto que se llamó Guerra de los Pasteles, con la realización de un dibujo, lo cual, consideró Fuentes Molinar, es "inadecuado o erróneo".
En las asignaturas de español y matemáticas para quinto y segundo grados, abundó, se enfrenta un problema "muy serio: es evidente que no se utilizaron las evaluaciones internacionales, como Pisa, para mejorar los contenidos".
En el caso de matemáticas, que presenta por vez primera los libros para primero, segundo, quinto y sexto con los contenidos de la RIEB, se puede afirmar que son "notablemente difíciles y convencionales para los grados en que se aplicarán".
El de español, indicó, se trata de una obra que está centrada en contenidos y reglas normativas de gramática, pero "no acaba de plasmar qué se entiende por competencias lectoras y es evidente que entre los autores prevalece un nivel cultural verdaderamente lamentable".
Al poner de ejemplo el bloque tres del libro de quinto grado de español, destacó que al abordar el tema de la poesía se menciona a José Emilio Pacheco y se incluye un fragmento del prólogo de su obra Gota de lluvia y otros poemas, pero al presentar los textos poéticos "no hay ninguno de su autoría y su ficha biográfica sólo aparece como dato interesante. En contraste, se optó por reproducir la obra de Enrique Lepe, funcionario de la Secretaría de Educación Pública".
El ex subsecretario de Educación Básica consideró que los libros no sólo "deben ser ejemplo impecable en su contenido y diseño, por ser la propuesta educativa del Estado, sino porque son instrumento insustituible, aunque no único, para la enseñanza de millones de niños".
Por ello estimó que ante el cúmulo de errores y "evidencias" de su deficiente calidad, "es claro que hay responsables y no sólo son los equipos que directamente los elaboraron. Hay funciones de alto nivel a quienes compete directamente esta autoría, es decir, el secretario de Educación Pública y el subsecretario de Educación Básica".
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