miércoles, 11 de febrero de 2009

LA EXPERIENCIA DEL FRENTE SOCIAL
EN ZACATECAS*


*El presente documento se basa en la conferencia que el Co. José Santos Cervantes, miembro de la Coordinación Ejecutiva del Frente Social por la Soberanía Popular, FSSP, dio a integrantes de la Sección 23 del SNTE a invitación de la Comisión de Prensa del Comité Ejecutivo Seccional Democrático, en la sede sindical en Puebla, Pue. el día 31 de enero de 2009.


La conformación del Frente Social por la Soberanía Popular, FSSP, en el estado de Zacatecas es producto de los esfuerzos unitarios que en la movilización, diversos sectores de trabajadores zacatecanos de la ciudad y del campo han venido desplegando desde hace casi una década, convencidos que la lucha constreñida al ámbito puramente gremial carece de perspectivas.

Después de varias experiencias de lucha unitaria, el 20 de noviembre de 2007 se lleva cabo la Asamblea Constitutiva del FSSP, con su constitución culmina un esfuerzo unitario dando un salto cuantitativo y cualitativo.

Cuantitativamente se llegan a agrupar en él, cerca de treinta organizaciones, entre sindicatos, organizaciones sociales y populares etc., agrupando mineros, exbraceros, campesinos, trabajadores de la educación de los diferentes subsistemas, trabajadores al servicio del estado, de la salud, telefonistas, tianguistas, etc.

Cualitativamente el FSSP da un salto al reconocer el principio de la lucha de clases y la dependencia del imperialismo como el problema fundamental de nuestra patria.
a) La lucha entre la clase trabajadora y la clase capitalista, es decir, la lucha de clases, presenta múltiples e interesantes aspectos dentro del plano económico, político e ideológico, asimismo, la lucha de la nación contra el imperialismo tiene diversas e importantes características que por causas históricas y geográficas especiales algunas de ellas son propias de México.

b) Sostenemos entonces que si la clase trabajadora quiere resolver sus problemas de raíz, debe luchar por la independencia nacional, y esta lucha es de mayor importancia que la que se da por demandas puramente económicas, porque mientras sigamos sometidos al saqueo y la explotación y por tanto al dominio del capital extranjero, no hay posibilidades ni de establecer un régimen verdaderamente democrático ni de que nuestro pueblo y la clase trabajadora pueda tener acceso pleno a los bienes de la civilización y la cultura.

c) Que debe ser una unidad consciente, combativa, que reconozca las diferencias, en las formas de lucha de las organizaciones y en su grado de desarrollo. Una unidad en que se respeten las distintas concepciones políticas, filosóficas, religiosas, etc. y que esta organización y unidad de la clase trabajadora debe darse independiente del gobierno, de los partidos políticos y de la clase dominante, de otra manera sólo estaría formando parte del actual sistema y en lugar de cambiarlo, ayudaría a perpetuarlo.

Reconocemos que no hay contradicción al luchar por el cumplimiento de demandas concretas, gremiales (lucha económica), con la lucha política e ideológica, y que es posible y necesario dar la lucha en los tres niveles, si queremos resolver el problema fundamental.

Por ejemplo: la lucha contra la nueva ley del ISSSTE y la Alianza por la Calidad Educativa, El FSSP las enfrentó no sólo desde el punto de vista gremial, apoyando a los sectores de trabajadores afectados, sino como lo que son: proyectos foráneos, elaborados por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y contenidos dentro del TLCAN, que afectan derechos sociales del pueblo mexicano y que atentan contra la independencia y soberanía nacional.

De esta manera enfrentamos al gobierno estatal como Frente Social en contra de la aplicación de la ACE, no permitimos que aislaran al magisterio.

Siendo congruente con la lucha por la independencia nacional y aplicando una línea estratégica certera, el FSSP junto con otros individuos, organizaciones y partidos políticos formó en el estado de Zacatecas un frente todavía más amplio (Comité Zacatecano para la defensa del Petróleo) en la defensa de PEMEX, ante las ambiciones del imperialismo y la docilidad de la derecha para privatizar y por lo tanto desnacionalizar la riqueza petrolera.


La crisis y el FSSP

Para el FSSP no basta con conocer la crisis, su origen, sus efectos, con datos, fechas, montos, cantidades, etc., sino que debe preocuparse por encontrar la vía o vías para darle una salida revolucionaria.

Para el FSSP la llamada crisis financiera que afecta al sistema capitalista, forma parte de la crisis cíclica de superproducción relativa

Este tipo de crisis no es la única que afecta al sistema capitalista, sino que forman parte de su ser, complejo y lleno de contradicciones. Paralelamente a éstas, se va dando un proceso de nacimiento, juventud, madurez, decaimiento y decrepitud del sistema (cuando está en esa fase, de decrepitud, diríamos que está en una permanente crisis y que ésta se va profundizando irremediablemente, haya o no en ese momento una crisis cíclica, y es a lo que se denomina crisis general del sistema capitalista, en ella estamos de varias décadas atrás)

Es decir, hay una relación, pero no todo el proceso de envejecimiento y agotamiento del modo capitalista de producir se reduce a las crisis cíclicas. ¿Podrá el sistema capitalista mundial salir vivo de esta crisis cíclica? Aparentemente sí, augurar lo contrario sería irreflexivo porque hasta el momento no hay indicadores de que esta crisis cíclica fuera terminal, sobre todo por la no maduración de las condiciones subjetivas para el cambio de sistema social en el nivel mundial ni en los núcleos mundiales de dicho sistema, que están en el seno de las potencias imperialistas. No tienen partidos comunistas grandes y poderosos, ni una clase obrera educada y organizada, en fin.

Pero aunque siga vivo, no podrá evitar que:

a) el planeta se siga destruyendo a un ritmo terrible en sus condiciones de habitabilidad, que el modo capitalista de producción ha ido devastando cada vez de manera más acelerada, sobre todo en las últimas décadas, lo que es un indicador de su inevitable agotamiento.

b) tampoco podrá revertir la contradicción entre la producción cada vez más social y la apropiación cada vez más privada, que genera múltiples otras contradicciones, además de las crisis cíclicas.

c) ni podrá revertir el proceso por el cual la tasa de ganancia es cada vez menor, lo que a su vez agudiza las contradicciones todas en el seno de este modo de producción: las interimperialistas, las del imperialismo-dependencia (con las luchas de liberación nacional desaparecería gran parte de la base de sustentación del imperialismo que es el mundo subdesarrollado). y la que se da entre la clase trabajadora del mundo respecto de la clase propietaria y otras.
El FSSP y la crisis en nuestro país

“¿Cuántas veces se ha propuesto el hombre a lo largo del tiempo el cambio de los regímenes sociales en los que ha vivido? No muchas, porque para que una crisis de esa magnitud se produzca es necesario que los conflictos internos de la comunidad hayan llegado a tal punto que no puedan resolverse con reformas parciales.” Vicente Lombardo Toledano

Aun antes de que se manifestara la actual crisis cíclica de superproducción relativa, en el caso de México y América Latina ya existían las condiciones objetivas para el cambio revolucionario (que no aniquilará al sistema capitalista mundial, aunque lo debilitará notoriamente, contribuyendo así a su desaparición).

Se abre una nueva etapa en la lucha revolucionaria y sus características dependerán de la forma en que se resuelvan las contradicciones sociales en cada país y en el ámbito internacional. Es decir, del grado de conciencia y de la capacidad organizativa de los oprimidos por el sistema y de las políticas que adopten los gobiernos.

Es decir, nuestras crisis ya eran suficientes, de por sí, para nuestro cambio revolucionario, el que está en la orden del día, que es por nuestra segunda y definitiva independencia, por una ruptura total con respecto del imperialismo, según lo hemos planteado.

Estamos en plena crisis, a punto de un estallido social como los que dieron lugar a la Revolución de Independencia, de la Reforma y de 1910, de incalculables consecuencias si el pueblo no está preparado, por lo que urge la auto organización popular.

Por tanto, la crisis cíclica de superproducción relativa, en nuestro caso, no plantea cuestiones nuevas de esencia, distintas de las que ya había, pero sí vendrá a agudizar aun más las condiciones objetivas que ya de suyo estaban maduras en México y en general en América Latina, generando una situación, podríamos decir, explosiva. Frente a esa perspectiva, la parte más consciente y organizada de la clase trabajadora debe apresurar su esfuerzo por construir las condiciones subjetivas para que esa situación explosiva tenga una salida revolucionaria y no una regresiva, lo que también podría suceder.

Condiciones objetivas y subjetivas de crisis revolucionaria

Las condiciones objetivas son la expresión de la acción de las leyes sociales, objetivas que rigen en una formación económica-social dada y determinan el proceso de desarrollo de la vida social.
El modo de producción existente en una formación socioeconómica concreta es regido por determinadas leyes, dentro de las cuales la fundamental es la ley de necesaria correspondencia entre el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Cuando esta correspondencia se altera de forma permanente, al llegar a una fase determinada de su desarrollo, entonces las fuerzas productivas entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, (la cual es insoluble en los marcos del mismo sistema socioeconómico). Es la presencia de esta contradicción dialéctica, insoluble, lo que hace necesario y por tanto posible una transformación en la base del sistema económico-social dado, conformando así las condiciones objetivas que indican la apertura de una época revolucionaria.

Con algunos ejemplos, Lombardo Toledano explicaba este proceso dialéctico en el seno de la sociedad mexicana. “La contradicción entre la debilidad de las fuerzas productivas en la época colonial y las necesidades crecientes de la población, en todos los órdenes de la vida social, engendró la Revolución de Independencia encabezada por el cura del pueblo de Dolores, don Miguel Hidalgo. La contradicción entre los principios del liberalismo, aplicados a los diversos aspectos de la vida mexicana, y la substracción de los cuantiosos bienes de la Iglesia Católica al mercado nacional, encendió la Revolución de Reforma, jefaturada por Benito Juárez. La contradicción entre el régimen del latifundismo, basado en el trabajo de los peones cercanos a la esclavitud y en la producción dedicada al consumo regional, y el crecimiento demográfico y el surgimiento de la burguesía nacional, provocó la revolución de 1910 iniciada por Francisco I. Madero y Emiliano Zapata.” Hoy la contradicción entre el crecimiento de la población y la imposibilidad de las fuerzas productivas de satisfacer las necesidades nacionales debido al estancamiento y su preponderante orientación para satisfacer al mercado externo, están provocando la revolución social.

Para darnos una idea de cómo se han dado las condiciones objetivas, podemos observar el comportamiento de la tasa promedio anual de crecimiento del PIB desde 1940, la cual durante el gobierno del General Lázaro Cárdenas del Río fue del 4.52%; Manuel Ávila Camacho 6.15%; Miguel Alemán Valdés 5.78%; Adolfo Ruiz Cortines 6.42%; Adolfo López Mateos 6.73%; Gustavo Díaz Ordaz 6.75%; Luis Echeverría Álvarez 6.16%; José López Portillo 6.51%; Miguel de la Madrid Hurtado 1.08%; Carlos Salinas de Gortari 3.91%; Ernesto Zedillo Ponce de León 3.39% Vicente Fox Quesada 2.32%; Felipe Calderón Hinojosa (2009) -1.5%.

Por otro lado, una de las características más importantes de la evolución demográfica de México ha sido su rápido crecimiento, ya que de 1900 al año 2000 la población en el país se multiplicó 7.2 veces, mientras que la población en todo el mundo durante el mismo lapso de tiempo, tan sólo creció 3.7 veces y la de los países más industrializados o desarrollados lo hizo en 2.2 veces.

Según el censo de 1980 la población en México era de 67.3 millones y para el año 2007 ascendía a 105 790.7 es decir, creció en un 36% mientras que el PIB creció en promedio durante los cuatro sexenios un 16 %, cuando debió haber crecido un 36% por sexenio, ya que se requiere un crecimiento mínimo del 6% anual para tener una buena economía, y como se ve durante los últimos cuatro sexenios neoliberales y de derecha en ningún año hubo un crecimiento siquiera cercano.

Una de las razones que obstaculizan que el PIB crezca es que las ramas más dinámicas de la economía están en manos del capital privado nacional y extranjero, y a que ahora la inversión extranjera no tiene un fin productivo sino especulativo, que entra en la Bolsa Mexicana de Valores. Otro factor es que la riqueza mexicana está concentrada en menos de cuarenta corporativos que cotizan en la BMV a pesar de no representar más del 4% del total de empresas existentes.

Otro indicador, de acuerdo con las estadísticas durante los primeros trece años de operación del TLCAN, 7 millones 609 mil 398 personas, o sea, 543 mil 528 por año emigraron. La razón de la creciente migración es sencilla, la economía nacional en lugar de crecer a un mínimo de 6 % anual para poder absorber la demanda de empleo, durante la operación del TLCAN, ha sido menor al 3%. Para colmo, las expectativas de crecimiento para la economía mexicana figuran entre las peores del mundo subdesarrollado, porque precisamente una de las condiciones indispensables para poder crecer es echar bajo el TLCAN, que es un proyecto expansionista y anexionista del capitalismo financiero transnacional, fundamentalmente norteamericano.

En resumen el estancamiento de la economía tiene como razón fundamental que la política económica en nuestro país se aplica en función del interés del capital financiero transnacional y no de las necesidades del pueblo mexicano. Esta es la contradicción fundamental y que no tiene solución dentro del actual modelo de desarrollo, sólo puede resolverse con la transformación de las relaciones de producción capitalistas dependientes por otras de carácter socialista, para lo cual es imprescindible lograr primero la liberación nacional.

Este estancamiento económico y sus repercusiones sociales, va profundizándose cada vez más, y por lo tanto la transformación del sistema se torna algo objetivo y necesario, y en este sentido inevitable. Están presentes entonces, condiciones objetivas que posibilitan el cambio de esas relaciones de producción a través de la revolución. “Entonces –afirmó Marx- se abre una época de revolución social”

Es posible concluir por tanto, que las condiciones objetivas, tal como lo expresara Lenin, están dadas por “el grado de desarrollo económico”, que al ser de estancamiento y retroceso indica la existencia de una crisis estructural del sistema y por tanto la necesidad, y posibilidad de su transformación revolucionaria

Todo esto en el sentido estricto de la definición del concepto condiciones objetivas, pero en un sentido amplio este concepto abarca distintos aspectos: económicos, políticos, sociales, medioambientales; indicativos de que existen objetivamente condiciones que permiten el estallido revolucionario, que hacen posible la lucha por la conquista del poder. Por ejemplo: 1. El acrecentamiento de la dependencia respecto de Estados Unidos (TLCAN, ASPAN, Plan Mérida, Plan Puebla Panamá) 2. El fortalecimiento de la oligarquía financiera y los millones de pobres 3. El abandono del campo y el TLCAN más los millones de migrantes que ha generado 4. Los más de 11 millones en la economía informal 5. El PIB es fundamentalmente de servicios alrededor de 70 por ciento, poco más de 20 el industrial y el resto, bien poquito, agropecuario 6. La incapacidad del Estado para proporcionar los servicios públicos fundamentales: educación, salud, empleo, etcétera.

Es decir, no se trata de reducir el conjunto de condiciones objetivas necesarias para la revolución, a causas económicas, sino de, reconocer que, el inicio de la lucha revolucionaria, no depende de la existencia de una situación revolucionaria (expresión sociopolítica de la madurez de las condiciones objetivas). Cuando las condiciones objetivas están reunidas se dice que la revolución ha madurado y la crisis revolucionaria es inminente. Llegar a esto requiere de todo un proceso que se inicia con la existencia de (al menos) las condiciones de orden económico, sin las cuales pueden presentarse eventualmente momentos de fricción o descontento social, sin que por ello se inicie una época de revolución social.

Factor subjetivo y condiciones subjetivas.

En nuestro país las masas populares que se movilizan por sus demandas concretas, cada vez en mayor medida elevan su conciencia y pasan de luchas de carácter gremial a un nivel superior, al de la lucha política e ideológica y por lo tanto se dan cuenta de que la contradicción fundamental que debe superarse –para poder resolver los problemas económicos, políticos y sociales- es la que se da entre nuestra nación y el imperialismo, erigiéndose entonces como sujeto del desarrollo social.

Es decir, todos estos sectores y clases sociales están conformando el sujeto social que está actuando sobre las condiciones objetivas. Este sujeto social no es homogéneo ni en su composición social ni en el nivel de conciencia. Entre las masas movilizadas se diferencia cada vez en mayor medida la parte compuesta por hombres y mujeres conscientes de la actividad que desarrollan, que le imprimen los rasgos y niveles de su conciencia a todo el sujeto social en mediante la actividad social transformadora y mediante ella, cuya máxima expresión es la práctica revolucionaria. Estas fuerzas constituyen en cada periodo histórico el factor subjetivo del desarrollo social.

Consideramos que en nuestro país en estos momentos la inmensa mayoría de la población: la clase obrera –en su más amplia acepción– y los ejidatarios, comuneros y auténticos pequeños propietarios del campo, son los sectores que más resienten los efectos de la globalización neoliberal y el impacto de las políticas aplicadas por los gobiernos de los últimos 26 años: sus intereses son opuestos a los del capital financiero internacional y la burguesía ligada o dependiente a él. Ellos constituyen la base fundamental de la lucha por nuestra liberación nacional y, a la vez, constituyen el sujeto revolucionario que sustituirá al capitalismo por un nuevo sistema de la vida social: el socialismo.

También la pequeña burguesía urbana y rural resiente la disminución de su nivel de vida y también que se le cierran los espacios para avanzar en su pretensión de subir un peldaño más en la escala social. A pesar de sus aspiraciones, la realidad la enfrenta cada vez más a los intereses económicos del gran capital que impide su desarrollo. Si ganamos su conciencia, la desesperación que la caracteriza pasará a segundo término y podrá contribuir a las grandes luchas de nuestro pueblo.

Y la burguesía nacionalista –a pesar de su debilitamiento y desorganización– sigue siendo un grupo, aunque cada vez más pequeño, que puede contribuir a la lucha por la independencia económica de la nación. La condición para que pueda asumir y mantener una conducta adecuada, es que reciba la comprensión, el estímulo y el apoyo de quienes, independientemente de intereses de clase opuestos, consideramos que puede brindar en este preciso momento de la lucha por la independencia plena de la nación, su aporte progresista.

En todo caso, lo que debe quedar claro es que el enemigo fundamental de todos y cada uno de los sectores populares es el imperialismo, particularmente el norteamericano, y que a quien corresponde encabezar la lucha revolucionaria en esta etapa es a la clase obrera. Porque, en las actuales condiciones de la vida del mundo y de nuestro país, solamente bajo la dirección de la clase obrera es posible lograr la independencia económica y política de la nación, mejorar las condiciones de vida del pueblo trabajador, y establecer un gobierno de democracia del pueblo, antesala del socialismo.

Siendo el nuestro un país capitalista dependiente, la revolución hacia el socialismo, cuya realización y desenlace victorioso es el objetivo histórico de nuestro Frente, en una fase inicial toma la forma de lucha por la liberación nacional respecto del imperialismo, que en nuestro caso como en general en los de América Latina, constituye la salida positiva para la crisis actual. Porque lo que es indispensable resolver con el fin de destrabar el desarrollo de las fuerzas productivas en las circunstancias actuales, es la dependencia de nuestra economía –y por ende, de nuestra vida política- respecto del imperialismo. La revolución de liberación nacional, por tanto, es inminente, y vendrá a ser la continuación dialéctica de la Revolución de Independencia, la de Reforma y la Democrático Burguesa y Antiimperialista de 1910; el cuarto tiempo de la misma sinfonía, según la llamara Vicente Lombardo Toledano.

El obstáculo principal para ese proceso radica en la falta de las condiciones subjetivas, dado que éstas no existen todavía. La tarea ineludible y urgente consiste en crearlas. Su construcción exige de un gran movimiento de masas bien articulado, combativo y consciente de la necesidad de echar del poder a esa clase social entregada a intereses ajenos y contrarios a los del pueblo de México: la burguesía entreguista, subordinada al imperialismo; lo que implica echar al PAN, al PRI, al PRD y a los otros, menores, dado que el actual sistema político y de partidos, con todos sus componentes, están al servicio de ese nefasto sector de la burguesía, según lo han demostrado una y mil veces.

Crear las condiciones subjetivas significa construir a partir del movimiento de masas un gran bloque social que haga las veces, en nuestros días, de lo que fuera la gran rebelión social y política, amplia y plural de 1810, que acaudillara Hidalgo, en su primera fase, y después Morelos. Las veces de la gran fuerza, también plural, que constituyera la Revolución de Reforma. O del conjunto de fuerzas populares que se levantaron en 1910, no sólo contra la dictadura de Porfirio Díaz, sino sobre todo contra el fenómeno esencial que esta simbolizaba, la penetración creciente de los capitales ingleses y norteamericanos que se apoderaron pronto de todas las fuentes de riqueza de nuestro territorio.

Lombardo puso al descubierto que en los países dependientes como México, la lucha revolucionaria durante una larga etapa, unifica en un frente común a clases y sectores diversos de la sociedad que entran en contradicción con la penetración extranjera y unen su esfuerzo para combatir por la liberación, por la independencia plena. A ese conjunto de fuerzas disímbolas, incluso con contradicciones entre sí, pero unidas en la lucha por un objetivo común de carácter superior, es a lo que Lombardo referiría con los nombres de Frente Nacional Antiimperialista, o Frente Nacional Democrático y Patriótico, en otro momento particular. Una alianza amplia y plural, ésta es la esencia; los componentes específicos de la misma, en cambio, son circunstanciales, igual que su grado de organicidad y formas concretas de lucha, pues todo esto depende de las condiciones concretas de cada momento.

Construir el gran bloque social antiimperialista a partir del movimiento de las masas que día con día se rebelan contra los daños que les causa el imperialismo es la forma concreta que toma en nuestros días el Frente Nacional Antiimperialista; y la que toma la lucha revolucionaria histórica de nuestro pueblo, desde Hidalgo hasta nuestros días. Corresponde al factor subjetivo, es decir, a las fuerzas sociales que luchan organizada y conscientemente a favor del progreso social; por su visión clara y justa del momento que vivimos y de la perspectiva que se abre frente a nosotros; la responsabilidad de contribuir a educar políticamente y a organizar a todo ese amplio conjunto de fuerzas, para la conquista de la plena independencia nacional respecto del imperialismo.
Por ello en (sentido estricto), la condición subjetiva indispensable para hacer la revolución es la existencia del factor subjetivo. Lenin dice: “el grado de conciencia y organización de las grandes masa del proletariado –condición subjetiva, indisolublemente ligada con la objetiva-.
Por eso debemos multiplicar el trabajo de interacción con todas estas fuerzas y contribuir a que los diversos referentes de la lucha popular vayan comprendiendo que es necesario combatir, no sólo a los enemigos de uno u otro sector, en específico, de una u otra zona o región –al cacique, al líder corrupto y traidor, al patrón explotador, al gobernante espurio- sino a la clase social dominante en su conjunto -la burguesía subordinada- y todavía más, a la fuerza externa que sostiene a esta burguesía, el imperialismo. Y contribuir a que se desarrolle, por tanto, la conciencia sobre la necesidad de unir todas esas luchas particulares en una de carácter general, articulada y consciente, por nuestra segunda y definitiva independencia, ahora respecto del imperialismo, y por el cambio de régimen económico y social, hacia una Democracia del Pueblo, antesala de una sociedad socialista.
Es decir, nuestro movimiento ha de responder al desafío de crear las condiciones subjetivas para que el pueblo de México alcance por fin el objetivo histórico por el que ha luchado secularmente, tener una Patria libre, independiente y soberana.
Salida a la crisis y los planes de rescate
Si el movimiento revolucionario no se apresura y aprovecha las condiciones objetivas señaladas, para crear las condiciones subjetivas, en lugar de que la crisis tenga una salida revolucionaria puede darse una en sentido regresivo. Tenemos la experiencia en nuestro país de una salida revolucionaria a la crisis de 1929, impuesta por el gobierno del General Lázaro Cárdenas porque existían las condiciones objetivas y subjetivas.
Los planes de rescate propuestos por el gobierno actual en cualquiera de sus niveles, no tienen nada que ver con la dimensión de la crisis, sólo benefician directa o indirectamente al gran capital nacional y extranjero.
Tampoco el Plan light anticrisis propuesto por Andrés Manuel López Obrador.
El movimiento social debe estar consciente que el único Plan efectivo es aquel se proponga el rescate de la independencia nacional.

Vías para la Revolución de Liberación Nacional

En el nivel de los principios, el Frente Social sustenta que todas las formas de lucha son válidas, y son las condiciones que prevalezcan las que determinan cuál se privilegia en un momento dado. Es decir, se trata de una cuestión de nivel táctico.

Por lo que hace al frente electoral, no descarta esa forma de lucha; sin embargo, ha valorado que hoy, luego de los retrocesos que se dieron en la vida democrático-electoral del país como fruto de la globalización neoliberal, ese frente se volvió inservible para la lucha revolucionaria. La burguesía servil al imperialismo transformó a los partidos más o menos progresistas en instrumentos sin diferencia de los que históricamente han estado a su servicio. Y los procesos electorales, en herramientas útiles para dividir a los frentes y organizaciones populares, y para sembrar la corrupción.

En estas condiciones, cuando el Frente percibe que se ve amenazado en su integridad a causa de la disputa, ya sea por la decisión táctica de participar o no en las elecciones, alerta a sus componentes, haciéndoles ver que la unidad en torno a objetivos superiores está muy por encima de esas cuestiones menores; si el debate es por participar o no, promueve que eso quede a criterio de cada componente y no se trate de obligar a todos a adoptar una posición común.

En tanto no dañe al movimiento de masas, el Frente no se opone a que otras fuerzas amigas participen en procesos de ese tipo. Reconoce que hay quienes utilizan con honestidad las tribunas parlamentarias para denunciar a los enemigos del pueblo; que hay también quienes requieren el puesto para abrir las puertas de ciertas autoridades y realizar gestiones a favor de sus agremiados; en fin. El Frente considera que en otras circunstancias, cuando la propia fuerza del movimiento de masas alcance para cambiar las condiciones actuales, como ha sucedido en Bolivia, Venezuela y Ecuador, por ejemplo, lo valorará y resolverá lo conducente.
La vía armada en esta etapa también está descartada, sin embargo, desde el punto de vista del Frente no está cancelada.

La vía de la organización, de la más amplia unidad y movilización combativa es hasta ahora la que mejores resultados ha dado. Gracias a ello se ha impedido la privatización de la industria eléctrica, la aplicación plena de la nueva Ley del ISSSTE, se impidió la reforma energética calderonista-priista con la que se pretendía entregar la riqueza petrolera al capital financiero transnacional; se ha paralizado la aplicación de la mal llamada Alianza por la Calidad de la Educación, todos ellos parte del proyecto imperialista de dominación y saqueo.

Estas serían algunas experiencias del Frente y sus apreciaciones sobre la realidad en nuestro país.

EL SENTIDO DE LA PROPORCION*


*La nota remite a una reflexión:la ACE se ha empantanado inclusive desde las mismas cúpulas:Josefina Mota no se ha sentado frente a Elba Esther Gordillo desed octubre y a la fecha y no se ha instalado la Comisión Rectora SEP SNTE, para decidir sobre la evaluación en Carrera Magisterial, los cuursos y la capacitación para maestros,la reforma curricular...



El lunes que viene se cumplirán nueve meses de que se gestó la Alianza por la Calidad de la Educación y no hay señales de que esté a punto de parir; al contrario, parece que va a malograrse. El desafío que le lanzan al presidente Calderón los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, sus demandas exageradas y su falta de palabra, apuntan a una ruptura. La camarilla que dirige al SNTE tensa al máximo su relación con el Ejecutivo, acaso engolosinada por las prebendas que antes le concedió. Pero a fe mía que esta vez la táctica de Elba Esther Gordillo orilla a Calderón a tomar una decisión que tal vez no esté en su horizonte.

Es correcto, como han señalado algunos articulistas, entre ellos mi colega Jorge Fernández Menéndez, que no conviene ni al país ni al Presidente adquirir otra pugna política. Pero el sindicato de los maestros abrió ese nuevo frente, quizá pensando que le puede arrancar más concesiones a un gobierno débil, urgido de alianzas electorales. El SNTE le planteó por adelantado el pliego de negociación salarial y asuntos laborales al gobierno. Por primera vez el sindicato dirige al Presidente sus demandas, cuando es tradición que se las haga al jefe (hoy jefa) de la Secretaría de Educación Pública. Además, en un tono de exigencia, algo así como: “Si antes no me cumples lo pendiente de diez años no avanzamos en nada, no negociamos un ápice y nos olvidamos de la ACE”.

Satisfacer esos “rezagos” le costaría al país alrededor de 50 mil millones de pesos, en un año de limitaciones severas. El Congreso federal tomó cartas en el asunto, algunos diputados, en un tono comedido (y cándido), le piden al SNTE mesura y buena voluntad. Entretanto, el SNTE aprieta tuercas, su secretario general, Rafael Ochoa, vocifera y reclama que se les otorgue base a cerca de 25 mil docentes de primaria y más de dos mil de secundaria. Eso echaría por tierra lo único que valió la pena de la ACE, los exámenes para el ingreso a la profesión docente.

Dada la historia del SNTE, en particular el comportamiento de su presidenta vitalicia, Elba Esther Gordillo, era previsible que ella concibiera a la ACE (al igual que los pactos con el gobierno de Vicente Fox) como una ceremonia de escaparate, un motivo más para demostrar su poder y presumir que el SNTE se interesa en la calidad de la educación, y que luego no sucediera nada. Pero esta vez la porción de la burocracia modernista de la SEP se tomó en serio lo firmado, organizó el concurso de ingreso a la profesión docente (ayer mismo instaló una comisión con ese fin, sin la participación sindical) y puja por que los directores de escuela y los supervisores accedan a esos puestos mediante exámenes.

Como es sabido, el primer concurso para ingresar a la docencia fue motivo de controversia, causó malestar entre los maestros y la movilización más radical llegó por donde nadie la esperaba: Morelos y otros estados casi libres de fuerzas disidentes. Tal vez el movimiento de sus antiguos fieles causó desgaste en el ego de Elba Ester Gordillo. Los improperios que lanzaban los docentes movilizados (por la peor razón de que se tenga reminiscencia, hay que recalcarlo) eran contra ella, mientras que la secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, recibía elogios en la prensa.

Lilian Hernández (en Excélsior, 9 de enero) informa que la Comisión Rectora de la ACE no se reúne desde hace cuatro meses, al parecer el SNTE boicotea las posibilidades de acuerdo. En la ACE se había convenido una reforma a la carrera magisterial, para que se consideraran nada más tres factores en cuanto al ingreso y la promoción de los docentes: primero, aprovechamiento escolar de los estudiantes, medido por la prueba ENLACE; segundo, cursos de actualización de los maestros, certificados de manera independiente y, tercero, desempeño profesional. El propósito, al menos el de la SEP, es construir un nuevo modelo de promoción y capacitación basado en el mérito. Pero el SNTE planteó un “segundo piso” a ese esquema, un molde que, en vez de estimular las mejores competencias pedagógicas, sea un escalafón horizontal. Pienso que cuando llegue el momento de hablar de porcentajes de incremento salarial y prestaciones, el SNTE multiplicará su presión sobre el gobierno. Encima, acaso trate de chantajear al Presidente, amenazándolo con formar alianzas del Panal, la maquinaria electoral de la señora Gordillo, con otros partidos.

Esta vez el SNTE perdió el sentido de las proporciones, la ACE va a abortar, pero no porque sus dirigentes lo quieran. No es que el Presidente desee un pleito, ni siquiera pienso que quiera escuchar la bravata de sus aliados incómodos, pero la razón de Estado se impondrá. El Ejecutivo no puede darse el lujo de aceptar amagos de ese calibre en un año electoral, en medio de la crisis económica y de una lucha contra el crimen organizado. A menos que piense que puede sosegar las ambiciones de esa camarilla con invocaciones a su buena voluntad.

Publicado por La Jornada.9 de febrero de 2009.Carlos.Ornelas