domingo, 30 de diciembre de 2012

Boletin de Prensa



Marcha de maestros poblanos el 12 de octubre de 2012 en Puebla.
Convocan a las y los trabajadores del país a promover amparo contra la reforma laboral y luchar por sus derechos

Este amparo es avalado por las siguientes organizaciones: Unión Nacional de Trabajadores, FAT, ANAD, UJM, SME, CROM, Congreso Nacional de Bases (CEND-SNTE), CILAS, CEREAL, entre otros.


 -Invitan a visitar la página www.amparoreformalaboral.org donde se podrá encontrar, de manera gratuita toda la información sobre como interponer el recurso

-El periodo para promover el amparo concluye el 10 de enero de 2013

-El amparo es gratuito


   La reforma laboral profundizará, todavía más, el trabajo precario en todas sus dimensiones, dando manga ancha para el abaratamiento de la mano de obra en beneficio único de los patrones.
Diversas organizaciones sindicales, de abogados y de la sociedad civil anunciaron hoy el inicio de una campaña a nivel nacional de promoción de amparos contra la reforma laboral por considerarla altamente lesiva de los intereses de millones que sólo tienen su trabajo para sobrevivir. Por ello, llaman a todas y todos los trabajadores del país a interponer amparos —individuales, grupales o por sindicato—, para defender sus derechos humanos laborales ganados durante décadas de lucha de la clase trabajadora.

Las organizaciones promotoras de esta campaña señalaron la importancia de movilizarse y revertir los efectos nocivos que la reforma laboral, publicada en el Diario Oficial el pasado 30 de noviembre, tiene para las y los trabajadores; y resaltaron la trascendencia de acompañar estas acciones por la vía jurídica mediante el amparo.

Este amparo es avalado por las siguientes organizaciones Unión Nacional de Trabajadores, FAT, ANAD, UNJ, SME, CROM, Congreso Nacional de Bases, CILAS, CEREAL, entre otros.
Dicha reforma, añadieron los promotores, se puede impugnar en el periodo que va del 3 de diciembre de 2012 al 10 de enero de 2013, por lo que instaron a todas y todos los trabajadores del país a visitar la página electrónica: www.amparoreformalaboral.org en la que podrán encontrar el formato de amparo, un manual para documentarlo, el juzgado donde deberán presentarlo   —según su ubicación geográfica— y cómo darle seguimiento.

Hicieron hincapié en que todo el procedimiento —formato, presentación, seguimiento y asesoría vía internet— es totalmente gratuito, e insistieron en que el amparo debe presentarse antes del 10 de enero de 2013, fecha en que concluye el término de ley para impugnar las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo.

Las organizaciones enumeradas coincidieron en que la reforma laboral debe derogarse porque es restrictiva, regresiva y violatoria de los derechos de toda la clase trabajadora. “No nos sentimos representados por esa ley; lo que hace es impedir que se nos otorgue un salario digno por nuestros trabajo capaz de solventar nuestras necesidades”.

Al aplicarse, la reforma laboral profundizará, todavía más, el trabajo precario en todas sus dimensiones, dando manga ancha para el abaratamiento de la mano de obra en beneficio único de los patrones. Quienes promovieron y votaron la aprobación de la reforma mienten cuando pretenden  hacernos creer que ha habido grandes avances en materia laboral. 

Expusieron que la realidad que enfrenta la clase trabajadora mexicana se refleja en un aumento en el desempleo, que rebasa ya —de acuerdo con estudios académicos de la UNAM— la tasa de 15 por ciento, casi el triple de lo que indican las cifras oficiales. En la informalidad, dice la propaganda gubernamental, se encuentran 14.1 millones de personas, pero si se considera a aquellos que no tienen acceso a instituciones de salud o a las prestaciones mínimas de ley, el número asciende a 31.1 millones.

Aún si tomamos en cuenta las siempre desconfiables cifras oficiales existe un rezago acumulado de más de 4.6 millones de puestos de trabajo. Cada año se requieren 1.1 millones y apenas se crearon en promedio 335 mil plazas formales cada año, de las cuales una gran proporción son empleos tercerizados o precarios (como ejemplo: sólo 34.9 por ciento de los ocupados tiene acceso a servicios de salud), agregaron.

Si tenemos en cuenta que el universo de trabajadores tercerizados o subcontratados se encuentra por debajo de las condiciones laborales de quienes son contratados directamente, la situación se agrava dada la progresión exponencial de este tipo de contratación ¬—más de 40 por ciento de los nuevos puestos en los últimos 15 años— puesto que con este fenómeno se promueve una marginalización galopante de los trabajadores mexicanos.

El salario remunerativo es otra de las grandes deudas —según los organizadores de la campaña—,  ya que en la administración federal pasada el desplome del poder adquisitivo de los salarios superó 25 por ciento. El precio del kilogramo de tortilla se elevó 70.5 por ciento; el de huevo blanco más del 120 por ciento; arroz, 47.8 por ciento; frijol bayo, 127.3 por ciento, y el litro de aceite vegetal, 83 por ciento. En 2006 con un salario mínimo se podían comprar siete kilos de tortilla, hoy alcanza para cinco. En relación con el huevo, 14 por ciento de la población ha dejado de comprarlo por su alto costo y 64 por ciento redujo su consumo.

De todo este oscuro panorama los más afectados son las y los jóvenes. De los 36.6 millones de mexicanos jóvenes, 19.5 por ciento no estudia ni trabaja y 5.1 millones vive en pobreza extrema. Sólo uno de cada tres jóvenes que ha buscado empleo lo consigue en el sector formal; de los empleados casi la mitad trabaja en condiciones precarias, sin prestación alguna. Del total de desempleados, 57 por ciento son jóvenes. Son precisamente las y los jóvenes mexicanos los que resultan más afectados con la reforma laboral impuesta por los patrones en complicidad con el gobierno y la mayoría del Poder Legislativo. Con los contratos de capacitación y a prueba, el pago por hora y la multifuncionalidad, se les condena a una vida sin certeza en el empleo, a saltar de “chambita en chambita”, con sueldos de miseria, sin acceso a la salud y sin prestaciones que les den certeza a futuro.