domingo, 16 de octubre de 2011

Indignación global



Mencionan a Calderón, Salinas, Gordillo, Azcárraga y Herrera
 

El desastre económico no tiene nombre pero sí apellidos, afirman en Veracruz

Andrés Timoteo Morales y David Carrizales Corresponsales

Periódico La Jornada.Domingo 16 de octubre de 2011, p. 6

Jóvenes veracruzanos, en su mayoría estudiantes, se unieron al movimiento de los indignados e instalaron un plantón en la plaza Sebastián Lerdo de Tejada de Jalapa para repudiar la política económica del gobierno federal y sus consecuencias en todos los ámbitos de la nación.

Denunciaron que el sistema financiero actual empobrece a las mayorías, sobre todo a los jóvenes que quedan sin oportunidad de trabajo, sin estudio y a merced del crimen. "¡Sal a la calle antes de que ellos entren a tu casa!", fue uno de los lemas para la protesta mundial de este sábado.

“Este desastre –económico, social y cultural– no tiene nombre pero sí tiene apellidos: Calderón, Azcárraga, Gordillo, Cevallos, Ortega, Duarte, Yunes, Herrera, Salinas, Rivera, Slim, Ebrard, Luna, Lozano, Pliego, Cordero, Larrea, Horcasitas, Peña Nieto”. Todos son los responsables de la catástrofe, señalaron tanto en mantas como en leyendas inscritas en el piso de la plazuela.

Exigieron poner fin a los privilegios para la clase política y empresarial del país, retirar las tropas de las calles y garantizar el derecho de todos al bienestar social. "Estudio y trabajo para los jóvenes y pensión digna y seguridad social para los ancianos", acotaron.

Mientras, en Nuevo León activistas de diversas agrupaciones civiles se congregaron en la Explanada de los Héroes de la Gran Plaza de Monterrey, para sumarse a la jornada nacional y mundial contra el sistema económico neoliberal que, expusieron, ha profundizado las desigualdades, la explotación laboral y de los recursos naturales, la violencia y la contaminación ambiental, entre otros males.

"La palabra, otro daño colateral"; "los políticos no me representan"; fueron algunos de los planteamientos que exhibieron en pancartas los aproximadamente 100 manifestantes que participaron.

Indira Kempis, activista por los derechos humanos, señaló que esto no es una situación que sólo se da en una ciudad o en un país, es una condición mundial, "por esos estamos hartos, indignados y es momento también de decir abiertamente: somos la generación que no tiene oportunidades, porque unos cuantos las han robado", concluyó.

Guerra antinarco y corrupción, motivos de protesta en México

Efectos destructivos del consumismo y pobreza, otras de las denuncias

Algunas consignas: Somos hartos los hartos y menos tele y más visión
 
 
Periódico La Jornada Domingo 16 de octubre de 2011
 
 Fernando Cmacho Servín
 
Frente a la realidad de un país que se precipita en el desastre cotidiano, cientos de personas se reunieron ayer en la explanada del Monumento a la Revolución para manifestar su hartazgo y sumarse a la consigna cada vez más generalizada de estamos hasta la madre.

Convocados por la Asamblea Permanente de Mexicanos Indignados, los asistentes al acto denunciaron la corrupción, la indiferencia, la violencia, la discriminación y la pobreza que afectan a México.

En el templete, varias personas tomaron el micrófono para denunciar en no más de tres minutos los temas más diversos, desde los muertos y desaparecidos que ha dejado la guerra contra el narco, hasta los efectos destructivos del consumismo, la deshumanización de las ciudades y las tácticas de robo legalizado de los grandes bancos.

La manifestación tuvo lugar como parte de la jornada de protestas que se realizaron este sábado en más de 20 ciudades del país, y en 951 de todo el mundo, y que en el caso del Distrito Federal congregaron a unas 400 personas –la mayoría jóvenes–, en la versión capitalina del movimiento de los indignados, surgido hace cinco meses, el 15 de mayo, en España.

En medio de un ambiente al mismo tiempo festivo y de descontento social, el grupo convocante leyó un comunicado en el cual advirtió que “el país se precipita en el desastre de la violencia cotidiana y generalizada; en el desempleo y el hambre; en la violación de los derechos más fundamentales; en la destrucción del tejido social y la pérdida de los valores humanos.

Los indignados mexicanos, en el Monumento a la RevoluciónFoto María Luisa Severiano
 
Por estas y otras razones es que mexicanos y mexicanas estamos cada vez más indignados, encabronados. Ya es tiempo de que se haga escuchar el clamor nacional por la justicia, con tal fuerza que se sacuda la conciencia de la sociedad, cimbre a los de arriba y los obligue a poner freno al desastre nacional y la violencia, indicaron.

Con el llamado del escritor uruguayo Eduardo Galeano a salir a las calles a demostrar que estamos vivos y tenemos dignidad, los asistentes se volcaron a la explanada del Monumento a la Revolución para manifestar con ingenio, en mantas y pancartas, la sensación de estar hasta la madre de tantas cosas.
Si los de abajo se mueven, los de arriba se caen; Somos hartos los hartos; Menos tele y más visión; Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir, y ¿Quién nos cuida de los que nos cuidan? son algunas de frases que se leyeron entre la multitud.

Como parte de las actividades culturales de la manifestación, se organizaron talleres, foros de discusión, acciones poéticas y circenses, transmisiones en tiempo real por Facebook y Twitter, espacios de trueque de mercancías, y un campamento nocturno.

Indignación, el denominador común

La portada del dia


Editorial de la Jornada .16 de octubre de 2011


Las protestas que se desarrollaron ayer en más de 900 ciudades de 82 países han colocado en un nuevo nivel de visibilidad el descontento social que recorre el mundo en la hora presente, expresado en variedad de formas e intensidades: desde los disturbios registrados en Roma, Italia, que se saldaron con decenas de detenidos, hasta las expresiones pacíficas que tuvieron lugar en varias urbes mexicanas, pasando por el retorno de los indignados españoles a la Puerta del Sol, las movilizaciones masivas efectuadas en Chile –donde desde hace meses se desarrolla un movimiento estudiantil que demanda reformar el modelo educativo–, y el mensaje emitido en Londres por el fundador de Wikileaks, Julian Assange, ante cientos de inconformes.

Sin dejar de tomar en cuenta la heterogeneidad de las manifestaciones de descontento y el hecho de que cada expresión obedece a –y se ve afectada por– circunstancias específicas y dinámicas particulares de cada entorno, es claro que todas tienen denominadores comunes: el repudio de un sistema global agotado, que sacrifica el bienestar de las poblaciones en general para maximizar las utilidades de pequeños grupos de capitalistas y que tiene por práctica común el castigo a las mayorías cada vez que hay dificultades económicas; el hartazgo de sectores sociales excluidos de la economía y de la política formal, y despojados de futuro, de perspectivas y de un lugar en el mundo; la inconformidad ante regímenes políticos que han permitido y auspiciado la grotesca concentración de la riqueza en unas cuantas manos y que han sido capaces de cooptar y desvirtuar los proyectos de transformación social y política, como ocurrió en Estados Unidos con las fallidas promesas de cambio del gobierno de Barack Obama.

Adicionalmente, el hecho de que las protestas referidas se hayan presentado en escenarios tan distintos entre sí como países desarrollados de Europa y naciones periféricas de Latinoamérica, Asia y África confirma, una vez más, el carácter desestabilizador y autodestructivo de la globalización económica: a fin de cuentas, si los centros del poder financiero mundial han logrado extender por buena parte del mundo la aplicación implacable de un modelo neoliberal y sus consecuentes efectos devastadores, no cabe llamarse a sorpresa de que también hayan logrado globalizar el descontento y la indignación.

Es pertinente advertir, por otra parte, que la aparición de estas expresiones espontáneas de inconformidad –por ahora son sólo eso, más allá de que en naciones como España y Chile hayan adquirido distintos grados de densidad organizativa– y el justificado malestar de los manifestantes no son suficientes para la modificación de un statu quo que antepone el afán de lucro por sobre cualquier consideración humanitaria y civilizatoria: para ello, es necesario una participación masiva de los sectores mayoritarios de la población mundial. Pero si algo se logró durante la jornada de ayer es poner ante los ojos de la opinión pública internacional la inviabilidad de las reglas económicas y políticas aún vigentes, la urgencia de idear alternativas a ese modelo –que antepongan el bienestar colectivo por sobre el lucro particular– y la necesidad de renovar, antes de que las cosas se pongan peor en términos de estabilidad política y social, un conjunto de clases gobernantes que hoy sólo se representan a sí mismas y a los intereses de los capitales locales y foráneos.

!Encabronados!¡



Acampan “indignados” mexicanos afuera de la bolsa de valores

 

Permanecerán ahí para rechazar la especulación financiera y que cumplan sus demandas, advierten.


Emir Olivares Alonso.La jornada 16/10/2011


México, DF. Tras las manifestaciones del movimiento de “indignados” en 951 ciudades de todo el mundo, un sector de quienes participaron el sábado en la movilización que se realizó en la ciudad de México acordó acampar afuera de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) a fin de mostrar el rechazo al “símbolo nefasto” de todos los métodos de especulación financiera en el país.

Así, se unieron a las demandas del profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Edur Velasco, quien desde el 11 de octubre mantiene una huelga de hambre en la sede de la BMV, para acompañar “su lucha” y demandar un incremento en el presupuesto destinado a las universidades públicas y mayores oportunidades a la juventud mexicana.

Estudiantes de la UAM, miembros del sindicato de trabajadores de esa casa de estudios, integrantes de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos y ciudadanos sin filiaciones políticas o sociales, acamparon desde la noche del sábado en este sitio y anunciaron que la idea es permanecer en este estado hasta que las demandas sean resueltas.

En una conferencia encabezada por la dirigencia del Sindicato Independiente de Trabajadores de la UAM, se exigió a las autoridades gubernamentales destinar el 2 por ciento del PIB a las universidades públicas, ampliar la matrícula de educación superior para que ningún joven mexicano se quede sin estudiar, aplicar un impuesto a los “capitales especulativos” de la BMV, solucionar las demandas de los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas y incrementar los salarios en la UAM.

Convocaron a todos los mexicanos a sumarse a el movimiento de “indignados” y a participar en el campamento permanente en la BMV, informaron que se pretende realizar un mitin el próximo 21 de octubre en este sitio y organizar una marcha para el 27 de este mes a fin de demandar a la clase política una transformación en beneficio de la colectividad.