martes, 29 de septiembre de 2009

EN HUELGA DE HAMBRE

En el zócalo de la cd de Puebla.

Puebla, Pue. 28 de septiembre de 2009:Tarbajadores afiliados al SUNTUAP en huelga de hambre :ELIZABETH CORTES RAMÍREZ QFB de Farmacias Fleming, con dos años sin cobrar demandando definitividad y el Prof DAVID AVALOS ANTUNES, Profesor de tiempo completo de la Facultad de Psicología , exige jubilación.

A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA DE LA BUAP


A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
DE LA BUAP

Desplegado leído por el Maestro Fidencio Chavira Prieto ,el 28 de septiembre de 2009 , en el zócalo de la ciudad de Puebla ante el plantón donde ralizan huelga de hambre Elizabeth Cortes Ramírez QFB de Farmacias Fleming y el Prof. David Avalos Antunes,quienes demandan la definitividad y jubilación respectivamente al Rector Enrique Agüera como parte de la lucha del SUNTUAP en defensa de los trabajadores.


El actual proceso de elección del rector, exige de los universitarios un debate respetuoso y libre sobre la situación actual de nuestra institución.

Durante aproximadamente dos décadas, la UAP se planteó la responsabilidad de formar profesionales comprometidos con los requerimientos y aspiraciones de nuestro pueblo, procurando dar a la formación universitaria un sentido eminentemente científico y social mediante una educación integradora del conocimiento y abierta al análisis serio de la naturaleza y de la historia. De 1991 a la fecha, la misión socio-cultural, los objetivos y los valores universitarios en la UAP han sufrido un lamentable retroceso debido la implantación de un modelo académico basado en concepciones y propósitos mercantiles que despoja a la universidad de su naturaleza cultural y crítica proponiendo la imagen como lo sustancial. A una educación orientada a preservar y desarrollar nuestra identidad y patrimonio cultural e histórico se ha antepuesto una formación positivista y modernizante en un sentido comercial, sustentada en la adquisición de competencias determinadas exclusivamente por el mercado.

La especialización se ha convertido en un programa de entrenamiento apoyado en la parcialización del conocimiento y mutilación de la totalidad, la relación profesor–alumno es más vertical que nunca, haciendo del estudiante no solo un sujeto pasivo sino sobre todo dependiente y acrítico. La educación que hoy se imparte en la UAP conduce al estudiante, casi inevitablemente, a la enajenación en tanto se evita el encuentro de los estudiantes, profesores e investigadores con la realidad social, política y económica. Mediante transformaciones curriculares superficiales que despojan de contenido y orientación científica a los programas de estudio, se preparan tecnócratas despolitizados cuya realidad comienza y concluye en si mismos.

Por otra parte, sin escrúpulo alguno se ha implantado y se exalta una relación de dependencia hacia el gobierno y al partido gobernante siendo cada vez más frecuente, preocupante y lamentable la injerencia del Ejecutivo estatal en la vida interna de nuestra universidad. Con creciente frecuencia se realizan eventos apoyados en prácticas propias de los partidos políticos nacionales que tanto lastiman la dignidad de las personas. El acarreo, el clientelismo, los apoyos corporativos y la banalización de la actividad política, entre otras, son la constante de la vida universitaria y eso, sin duda, atenta contra el espíritu universitario y la dignidad de la institución y sus miembros.

Concebidos originalmente como la forma colectiva y democrática de participación de los universitarios en el gobierno de la UAP, el Consejo Universitario y los Consejos de Unidad Académica languidecen para dar paso a formas gerenciales, personales y discrecionales de gobierno, situación que fortalece al poder de una burocracia enquistada por largos periodos en la administración, convirtiendo a ésta de una función adjetiva a fuente de poder y privilegios. Esta concepción de la dirección universitaria, da lugar a la reelección de las autoridades con el argumento de la continuidad de los proyectos dado que se concibe a la autoridad personal como la protagonista y no sólo como coordinadora y ejecutora de la voluntad consensuada de los universitarios.

Ante esta situación, y más allá del proceso de elección del rector de la BUAP, proponemos a los universitarios iniciar un debate en torno a una agenda que comprenda, entre otros, los siguientes aspectos:

–La BUAP no puede seguir ajena a los grandes y graves problemas regionales y nacionales. La participación en busca de soluciones viables a esa problemática, más que la vinculación con las empresas privadas, debe ser el fundamento de nuestro quehacer

–Donde prevalece la ley del mercado la educación se desnaturaliza y empobrece, es en consecuencia necesario, en defensa de la universidad pública, detener la mercantilización de las actividades académicas e institucionales

–Ante la crisis económica y social actual, en preciso acrecentar el papel de la Universidad pública, para ello debemos demandar al gobierno federal hacer de la educación superior una prioridad nacional, otorgando a las instituciones públicas de educación superior, de forma oportuna y suficiente, los recursos necesarios para poder cumplir, sin afanes de lucro, las funciones sustantivas que la UAP tiene socialmente encomendadas

– La universidad nunca debió subordinar su quehacer y su existencia a los intereses de los partidos políticos y del gobierno. Nadie, ni los gobernantes ni los dirigentes de las organizaciones políticas donde incluso militen los propios universitarios, deben imponer las tareas a realizar por nuestra institución. Nuestro reto es hacer respetar la autonomía de la universidad, rescatar nuestra capacidad de autogobierno e impedir que la universidad se convierta en trampolín para ocupar cargos públicos

–Democratizar a la institución eliminando la reelección de las autoridades y restaurando las auténticas atribuciones de gobierno en los órganos colectivos de representación

–Que quienes ejercen la administración de la universidad sirvan a la comunidad y no se sirvan de la universidad y hagan realmente transparente el uso de la totalidad del presupuesto universitario y no solo de los subsidios públicos

Por supuesto, esta agenda es limitada pero abordarla puede ser el inicio de un camino que vuelva a hacer a la UAP la conciencia crítica, que alguna vez fue, de la sociedad poblana.

El pensamiento emanado de nuestra institución, así como la participación de los universitarios en la vida cultural, política y económica, tendrán que seguir siendo clave en el desarrollo de la sociedad democrática, equitativa e incluyente a la que aspiramos los mexicanos.

Puebla, Pue., a 18 de septiembre de 2009