lunes, 12 de septiembre de 2011

Salom, adiós.



Dedicado para un gran ejemplo a seguir-; tus palabras quedaron vivas para nunca morir. Nosotros nos encargaremos de ello. Te extrañaremos demasiado pero nunca morirás pues en nuestro corazón y nuestro ser vivirás.

"Mis primeras experiencias en el aula fueron de búsqueda de lo que pudiera ser de interés para los alumnos, de novedad, de sorpresa. Recuerdo que mis compañeros de escuela decían que mi aula era la China Popular: había ruido, movimiento, discusiones, jaleo. No sé qué tanto aprendían, pero la gozaban", escribió alguna vez el profesor.

Agustín Gabriel Salom Flores fue fundador de varios proyectos educativos en educación básica y media superior, con reconocimiento nacional e internacional, en diferentes regiones indígenas y migrantes de la Sierra Norte de Puebla.

Él mismo se definió como "un luchador incansable, un terco esperanzado", que tuvo como constante concebir y poner en práctica nuevas formas de educar, siempre en la idea de que la escuela puede ser un vehículo de igualdad. 

Sus ideas y proyectos siempre estuvieron enfocados hacia las zonas más pobres y marginadas, por lo que su opción educativa fue una permanente apuesta a una educación del cambio.

"Mirando hacia atrás el camino recorrido, descubro que todo tiene un por qué, aunque al principio no lo veía como ahora. Las experiencias primeras, el contacto con las culturas, con la pobreza. Tepetzitzintla, Ayaualulco, Tantoyuca, Tzinacpan, Yahuitlallpan, Zautla y Tepexoxuca son etapas, experiencias, son como el mapa del camino recorrido", recordó el propio Gabriel Salóm en el texto "Cómo se ha ido escribiendo mi historia", el cual en su versión digital finaliza con la frase "Si algo puede cambiar el rumbo de las cosas, es la educación", que resumen el pensamiento del educador.
Información de Paula Carrizosa.