sábado, 17 de junio de 2017


“Si”

 Por Rudyard Kipling


 El poema, Inteligencia Emocional en estado puro

En esta ocasión, volvemos sobre un tema que ya hemos tratado: la inteligencia emocional. Pero lo haremos hoy mirándola desde el que consideramos quizás como el mejor decálogo posible para resumir el ámbito y alcance de la inteligencia emocional: el poema “Sí” de Rudyard Kipling.

Es certero, deja poco espacio al comentario. Pero además es simple y profundo al mismo tiempo, como las grandes obras. Nosotros lo hemos incorporado como un marco de referencia en los estudios de liderazgo, porque es una lección de vida y de gran utilidad para formación y entrenamiento de directivos en las técnicas de inteligencia emocional.


Vamos a analizar párrafo por párrafo:

Si logras estar firme cuando en tu derredor
todo el mundo se ofusca y tacha tu entereza;

Explica el autocontrol. Saber enfrentarse a una crisis ejerciendo un liderazgo en los demás cuando están alterados y nerviosos por la gravedad de lo sucedido. La frialdad al tomar decisiones no implica falta de sentimientos respecto a las personas que interviene en aquellas, o que son como lo está demostrando la crisis actual, la consecuencia de tener que tomarse decisiones que no le gustan ni al mismo líder. Y tiene que tener la cabeza fría para hacerlo.

si cuando todos dudan, fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes excusar su flaqueza;

No solamente uno debe creer en uno mismo sino no transmitir inseguridad en nuestras conductas y decisiones. El líder es humano y en algún momento puede tener dudas y miedos, pero debe gestionarlos de manera tal de no mostrarlos a su equipo.

si puedes esperar y a tu afán poner brida,
o blanco de mentiras esgrimir la verdad,
o siendo odiado al odio no darle cabida
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad

La paciencia en el liderazgo también es una virtud. Respecto a los envites negativos como engaños y odios que recibimos, no deben tener una respuesta equivalente, pero tenemos que esforzarnos en no dar la sensación de que somos débiles o poco experimentados o demasiado flexibles.

Si sueñas pero el sueño no se vuelve tu rey;
si piensas y el pensar no mengua tus ardores;
si el triunfo o la derrota no te imponen su ley
y los tratas lo mismo, como a dos impostores

Tanto los ideales como los objetivos tienen que pisar suelo firme. No exaltar demasiado el éxito y tampoco deprimirse innecesariamente en el fracaso. Kipling describe mejor que nadie al “hombre armónico”.

si puedes soportar que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados,
o mirar hecha trizas tu adorada quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados;

Aguantar la difamación o medias verdades que se digan de uno, así como cuando tenemos que soportar la pérdida de algo que hemos trabajado y construido durante un tiempo, pero agachándonos para volver a reconstruirlo de nuevo, implica la capacidad de respuesta para reponerse inmediatamente, no compadecernos ni lamernos las heridas y afrontar el desafío de volver a empezar.

si puedes mantenerte en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlos cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice: “Adelante”.

Insiste Kipling en los riesgos que se corren en la vida, en perderlo todo y volver a intentarlo. Es la afirmación de no rendirse jamás. El líder puede tener muchas virtudes, pero que no le falte la voluntad, especialmente cuando las cosas no salen bien. Hemos dedicado más de un artículo al fenómeno de los errores en las decisiones tomadas y cómo hacer para capitalizarlas, para buscar de ellas la enseñanza para afrontar en el futuro situaciones similares.

Si entre la turba das a la virtud abrigo;
si marchando con reyes del orgullo has triunfado;
si no pueden herirte ni amigo ni enemigo;
si eres bueno con todos, pero no demasiado;

Kipling resalta la virtud de la humildad. El líder que se siente próximo a su gente, que no le importa escuchar de primera mano los problemas. Que le hable a los suyos con el corazón y demuestre su capacidad de empatizar. Que esté distante pero suficientemente cerca de los problemas, para que no le afecten y pueda tomar las decisiones pertinentes, manteniendo la objetividad y su sentido de justicia.

si puedes llenar los preciosos minutos
con sesenta segundos de combate bravío
tuya es la Tierra y todos sus codiciados frutos,
y lo que más importa: ¡serás hombre, hijo mío!

El final del poema es épico. En cuanto al liderazgo sabemos que es pragmático, aunque los valores inherentes a un buen líder también tienen cierto aire místico, de trayectoria y de fama. Porque como Kipling afirma que “serás un hombre, hijo mío”, el buen líder lo es porque le siguen a la persona y lo que representa, más que a las decisiones que toma por muy acertadas que sean. Prevalece el hombre por encima de la organización.

Este es el legado de Kipling en una obra corta, pero quizás uno de los máximos exponentes de la literatura universal, porque el poema “Si” es la descripción real de la propia vida cotidiana de los hombres.

Autores de este artículo :.José Luis Zunni y  Eduardo Rebollada Casado