¿OTRA SOLUCCION MILITAR ?

EL EJÉRCITO NACIONAL NO PUEDE SER UN  VIOLADOR DE LOS DERECHOS HUMANOS

DR CAROS FIGUEROA AGUIRRE

La Jornada de Oriente ha denunciado que maestros son cambiados de escuela tras recibir amenazas por parte de personas dedicadas al robo de combustible a Petróleos Mexicanos.
Un editorial de ese medio afirmó “alumnos y padres de familia vinculados a las bandas que ordeñan los ductos de la paraestatal suponen que los asuntos escolares se arreglan con amenazas o sobornos” 

Ante el riesgo que día a día viven las maestras y maestros no hay solución con algunos cambios de adscripción. Siendo un problema de carácter estructural el artículo de Carlos Figueroa, amigo de los maestros, adelanta que se requiere una  solución política de fondo.

El país entero se  ha  conmocionado por las imágenes difundidas  en las que un elemento del Ejército Nacional asesina a sangre fría a una persona en Palmarito Tochapan, Puebla,  en el contexto de una irrupción militar y policíaca para combatir a las bandas de ladrones de combustible, llamados coloquialmente “huachicoleros”. Este crimen perpetrado de manera alevosa, revela que  en el contexto de un Estado  fallido, y  en ausencia de un estado de derecho, ninguna institución del estado y particularmente las de la seguridad pública y nacional, están libres de cometer las más deplorables  violaciones a los derechos humanos. Hoy México es la segunda región más violenta del mundo, después de Siria y antes de Afganistán y Somalia, países envueltos en desgarradores conflictos militares.

No es la primera vez  que las fuerzas armadas de México son involucradas en atroces violaciones de derechos humanos. Basta recordar  la matanza de Tlatlaya y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Resulta indignante la actitud de los funcionarios gubernamentales y de los partidos de la derecha neoliberal, que se rasgan las vestiduras si el nombre del Ejercito Nacional es asociado a una violación de derechos humanos. Pareciera que a las Fuerzas Armadas no se les puede tocar ni con el pétalo de una rosa, cuando es una institución que  involucrada en actividades que son inconstitucionales y para las cuales no está entrenada, corre el riesgo de convertirse en protagonista de dichas violaciones.

El problema de fondo de las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas y policiacas en Palmarito Tochapan, es que como sucede con el narcotráfico, a un problema político, económico y social se le está dando una solución militar. El anuncio de Peña Nieto del envío de 2 mil efectivos militares al denominado “triángulo rojo” huachicolero, revela una vez más una estrategia que ha resultado fallida. Detrás del problema de los huachicoleros  se encuentran, además de las bandas locales que extraen el combustible y una población rural vulnerable por las políticas neoliberales,  la mafia que  lo compra y lo distribuye, la mafia interna de PEMEX cómplice de dichos robos, los empresarios y consumidores deshonestos que lo compran, y las mafias en los aparatos de seguridad federales y estaduales. Baste decir que personal allegado a Facundo Rosas, ex Secretario de Seguridad Publica de Puebla, se vieron involucrados en el robo de gasolina, y que durante el gobierno de Rafael Moreno Valle, el robo de gasolina creció ¡en un 3000 %!

Preocupa enormemente a la Secretaria Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Morena, que éste sea el contexto en el cual la derecha neoliberal esté demandando una ley de seguridad interior que le daría un margen mayor a las fuerzas armadas para actuar en el combate a la delincuencia. Las violaciones a los derechos humanos se incrementarán.

¡Demandamos que las fuerzas armadas sean investigadas exhaustivamente por el crimen de Palmarito Tochapan!¡No a la violación de derechos humanos!



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