miércoles, 11 de febrero de 2015



La nómina del control magisterial


La concentración de la nómina impedirá a los docentes reciban su pago en efectivo para quienes así lo decidan. Algunos maestros rurales requieren el pago en efectivo para cubrir sus necesidades porque no existen todas las opciones bancarias en su lugar de trabajo.

MANUEL FUENTES

Una de las consecuencias de la reforma educativa impuesta por el gobierno de Enrique Peña Nieto fue la anulación de los derechos laborales del magisterio; se convirtieron en basura de la noche a la mañana.

La mayor parte de los diputados y senadores del país, gobernadores, jueces y magistrados; como si fueran pandilla, se plegaron a los caprichos del gobierno federal. Las leyes del trabajo, federal y locales de cada estado de la federación fueron sustituidas por un bodrio de legislación llamada “del servicio profesional docente”.

La concentración de la nómina magisterial por el gobierno federal es parte de ese despotismo. Reformaron las leyes de Coordinación Fiscal y de Contabilidad Gubernamental para crear el “Fondo de Aportaciones para las nóminas Educativa y Gasto Operativo” y lograr el control de la nómina nacional del magisterio para las Secretarías de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y de Educación Pública (SEP).

Ahora con esta medida concentradora se crea una figura única en el país en el nuevo modelo laboral: Gobernadores de los estados como patrones pero sin facultades para cubrir los salarios de sus empleados docentes que tenían desde 1992. Una extraña figura que tiene como propósito el control del pago de los salarios desde el gobierno federal pero también el control político, bajo la tesis de quien paga manda.

En realidad más allá de ambiciones políticas, es una medida que aumentará el burocratismo en el manejo de la nómina porque cualquier reclamación por falta de pago, descuentos mal aplicados o retraso en el pago de prestaciones deberán ser atendidas por el gobierno federal desde las oficinas de la SCHP y la SEP; previas reclamaciones ante las autoridades educativas locales. Estas omisiones se prolongarán con papeleo innecesario por la concentración absurda en la toma de decisiones.

La SEP se convertirá en la pagaduría más grande del país y ese gigantismo será factor de muchos problemas en perjuicio de los trabajadores. La eficacia del pago es lo que menos le interesa al gobierno federal, se trata de anular la capacidad política y administrativa a los gobernadores no importando dejarle los problemas en casa.

En estos enredos políticos de quién controla los salarios de los docentes, los trabajadores docentes deberán acudir primero ante la Secretaría de Educación de su estado, pero allí les informarán que ellos no son competentes de las fallas en la operación de la nómina. Levantaran los hombros y los funcionarios estatales dirán que no es su problema.

La concentración de la nómina impedirá a los docentes reciban su pago en efectivo para quienes así lo decidan. Algunos maestros rurales requieren el pago en efectivo para cubrir sus necesidades porque no existen todas las opciones bancarias en su lugar de trabajo.

Hay maestros que tienen que trasladarse varios kilómetros para recibir su pago y esos gastos nadie se los repone, además de incumplirse con la obligación del patrón de pagar los salarios en su lugar de trabajo. Esos problemas no le interesan a la burocracia política del centro.

Es como decirles que los maestros se las arreglen como puedan. Si no hay cajeros de los bancos cerca de su lugar de trabajo que se muevan a donde las haya, no importa que sea en otra ciudad.

Los recibos de pago en favor de los profesores será uno de los problemas que se padecerán. Ya no se darán en papel sino de manera digital, pero contradictoriamente para cualquier aclaración las mismas autoridades exigen el recibo impreso lo cual es un absurdo.

La SEP comandada por Emilio Chuayffet ha dejado de rendir discursos triunfales desde la agresión a los normalistas de Ayotzinapa y a la comunidad del Instituto Politécnico Nacional (IPN). No sabe dónde meter la cabeza por los errores constantes cometidos que mantienen encendida la pradera de inconformidad. No quiere sacar la cara y prefiere el señor Chuayffet arrinconarse en su oficina por los grandes problemas que se han generado y que han provocado las movilizaciones constantes de miles de maestros en el país.

El gobierno federal está jugando con fuego al minimizar el más importante derecho de los trabajadores que es el pago de su salario y con dignidad. Los maestros están inconformes y eso no es un juego.

Correo: mfuentesmz@yahoo.com.mx
Twitter: @Manuel_FuentesM

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