jueves, 8 de febrero de 2018

CURSOS PARA IMPLANTAR EL NUEVO MODELO EDUCATIVO


Cursos docentes: "buenos", bonitos, baratos

Alberto Sebastián Barragán
Publicado en La Jornada 8 de febrero de 2018

Los preparativos de la aplicación de los nuevos programas de estudio se han desarrollado desde los últimos meses, desde la presentación del modelo, la "revisión" de especialistas, la edición de materiales educativos y la necesaria capacitación de docentes. Cabe señalar que la aplicación cabal de cualquier plan de estudios requiere, ineludiblemente, la capacitación docente, ya que la ejecución de la enseñanza y el logro de aprendizajes es responsabilidad de los maestros.

En las últimas administraciones, en las escuelas de educación básica, se aplicó el Plan de estudios 2011. Para ello, impulsaron una estrategia de capacitación para los maestros que consistía en Cursos Básicos de Formación Continua para Maestros en Servicio, que se desarrollaban al inicio del ciclo escolar. Salvo un diplomado de capacitación para profesores de primaria, realizado por la UNAM, a dicha estrategia de formación continua se agregaban algunos cursos opcionales de diferentes temáticas, ofrecidos esporádicamente por instancias públicas y privadas para "actualizar" a los maestros. Otra posibilidad de actualización estuvo en los Centros de Maestros, donde se impartían cursos estatales o regionales, algunos con gran trascendencia, y otros más con graves deficiencias en su realización. Éstas son las condiciones del desarrollo continuo de los docentes.

Para preparar al docente del nuevo modelo educativo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha diseñado una doble estrategia de capacitación. Por un lado, ocupará los Consejos Técnicos Escolares (CTE), que se realizan el último viernes de cada mes. Y por otro, la capacitación por medio de cursos en línea.

Recordemos que desde el ciclo escolar 2016-2017, los CTE abordaron superficialmente el contenido del nuevo modelo educativo. Se destinaron unas cuantas horas para analizar las diferentes versiones de modelo educativo. Esta lógica donde los docentes se reúnen mensualmente, no ha madurado lo suficiente, sin embargo, no han tenido ajustes los lineamientos de los CTE, y las guías de trabajo van apareciendo conforme se van necesitando. A pesar de acuerdos y documentos, las escuelas de educación básica no están en las mejores condiciones para incursionar en la autonomía curricular que promete el nuevo modelo, ni los CTE han demostrado ser un espacio de formación continua de maestros.

En cuanto a los cursos en línea, el pasado 17 de enero la SEP publicó la convocatoria para el registro de cursos Colección de Aprendizajes Clave dirigidos a 1.2 millones profesores de educación básica. De primera vista, estos cursos representan algo novedoso para el sistema educativo. Justo por tratarse de enseñanzas en distinta modalidad generan altas expectativas, pero también una gran sospecha sobre su efectividad. Este tipo de cursos masivos abiertos en línea (MOOC, por sus siglas en inglés), han generado polémica desde su aparición, como lo fue en instituciones educativas de Canadá y Estados Unidos.

De manera general, la experiencia que se ha obtenido por medio de los MOOC, es cuestionable por distintos puntos. Según publicaciones de la investigadora de la UNAM, Marion Lloyd, los cursos abiertos en línea han tenido una gran limitante: la eficiencia terminal. Precisamente porque, por tratarse una modalidad en línea, demanda de nuevas cualidades del estudiante matriculado, como habilidades de estudio autodidacta para administrar el uso del tiempo y los recursos disponibles; se limita la interacción entre los inscritos al curso, es muy fácil hacer trampa, y a veces no se perciben resultados favorables entre sus egresados. Por ello estos cursos no han representado una carga de créditos para algún programa de educación superior.

A escala internacional, la plataforma Coursera ha sido de las principales pioneras en la modalidad de cursos abiertos en línea. En México, hay instituciones como la UNAM o el Tec de Monterrey que han desarrollado plataformas y recursos en línea. En el ámbito oficial, desde 2015 la Subsecretaría de Planeación, Evaluación y Coordinación, de la SEP, puso en marcha la plataforma Televisión educativa, dentro de la cual se ofrecen los cursos en línea: México X. En esta oferta abierta, también se presentan las mismas limitantes que tienen los MOOC en otras latitudes.

La modalidad de cursos abiertos en línea en México no ha arrojado los resultados suficientes como para que se conviertan en una estrategia nacional de capacitación docente. En su canal de YouTube, la SEP ha subido un tutorial en donde se presentan las características de los cursos en línea "Colección de Aprendizajes Clave". Se mencionan los requerimientos técnicos y se describen los recursos y botones que aparecen en la plataforma. Se explica cómo conocer y enviar mensajes a compañeros. Se expone que el blog personal servirá como cuaderno electrónico para notas del curso. Se describen los pasos para ingresar a un círculo de estudio, así como el mecanismo para responder evaluaciones o cuestionarios, y el envío de tareas.

La población objetivo de estos cursos son los profesores de básica, quienes tienen un promedio de edad de 40 años (Inegi, 2015). Hay profesores jóvenes con mayor familiaridad para cursos en línea, y también hay docentes mayores que apenas conocerán esta modalidad de capacitación.

Sin duda alguna, estos cursos son bonitos porque están a la moda, y ocupan recursos tecnológicos como nunca se había hecho. Son baratos, porque los recursos educativos están disponibles en línea, y no se hace el gasto monumental en la impresión de materiales, ni en logística de capacitación. Y apenas se verá si los cursos son buenos y cumplen sus objetivos. Esta política educativa de abandono e incertidumbre se diseñó sin margen de maniobra, para evaluar y reorientar las acciones que sean necesarias. Así empieza el nuevo modelo educativo.

Jefe de redacción en Voces Normalistas

Esta iniciativa, elaborada por los más reaccionarios abogados de la Coparmex y de otras cámaras empresariales, no fue propuesta por el gobierno de Enrique Peña Nieto directamente, quizás para evitar el costo político que podría tener sobre la campaña del PRI a la Presidencia de la República y a otros cargos y responsabilidades, sino que se la asignaron a dos dirigentes sindicales oportunistas, abyectos y sometidos vergonzosamente por los señores del poder y del dinero: los senadores Tereso Medina, de la CTM, e Isaías González Cuevas, de la CROC, considerados como traidores por la clase trabajadora consciente y responsable de México.

Atrás de ellos está un grupo de diputados y senadores que estudiaron en el ITAM (Instituto Tecnológico Autónomo de México), creado y patrocinado por Alberto Bailleres, del Grupo Peñoles y Palacio de Hierro, a quien sus legisladores, en un acto de aparente agradecimiento, le regalaron la medalla Belisario Domínguez. Esta ha sido una de las más discutidas y bochornosas ceremonias que se han producido desde que ese alto honor se instauró, antes se había entregado a algún distinguido personaje nacional que hubiera aportado transformaciones humanistas, culturales o heroicas importantes para la mayoría de los mexicanos y no, como en este caso, a un empresario cuya trayectoria ética y moral en los negocios deja mucho que desear.

Al presentar el proyecto de reforma laboral se conjugaron un interés individual con la ambición empresarial de obtener cada vez mayores ganancias, al costo de la explotación y la pobreza crecientes no sólo de los trabajadores, sino de la gran mayoría de la población. La insensibilidad, ignorancia y la carencia de visión no permiten a esos políticos darse cuenta de que los sindicatos han sido un factor fundamental de estabilidad y paz social en el país, y que el día que de-saparecieran se generaría un caos y una revuelta que nadie podría controlar, ya que la pérdida de los derechos laborales y humanos crearía una crisis grave de consecuencias incalculables.

Los sindicatos democráticos, progresistas e independientes deben, hoy más que nunca, fortalecer la unidad y ejercer todo su poder y fuerza para oponerse a esa retrógrada reforma laboral. Se requiere de una mayor acción jurídica y política basada en la experiencia acumulada, porque ese conocimiento nos ha enseñado que los partidos políticos más conservadores son financiados principalmente por las grandes corporaciones y que sus accionistas han acumulado una enorme riqueza, pero nunca lo han hecho para proteger o promover los intereses de la población trabajadora.

Los gobiernos, por su parte, tampoco han promovido en México una legislación que mejore el bienestar de las comunidades y de los centros de trabajo. Por eso se requiere crear una mayor conciencia de participación política de parte de los líderes, para frenar esas reformas negativas que podrían, de aprobarse, crear un daño más grave del que la miopía de los inversionistas y sus directivos y empleados pueden vislumbrar. De ahí que sea necesario aprender las lecciones importantes de nuestra historia, para evitar repetir los errores del pasado.

La reaccionaria reforma laboral propuesta por la CTM y la CROC excluye algunos aspectos fundamentales en la democracia y la lucha histórica de las organizaciones sindicales, ya que:

a) Conserva intacto el reconocimiento oficial a través de la toma de nota, con el objeto de mantener el control de los sindicatos y de sus líderes.

b) No establece sanciones a los incumplimientos de la ley.

c) Deja en libertad a las empresas para la subcontratación del personal a través del outsourcing, así como los despidos injustificados sin ninguna responsabilidad ni obligación para accionistas y directores.

d) Para sustituir a las juntas de conciliación y arbitraje, crea un instituto de registros de contratos y sindicatos, integrado en forma tripartita por tres para las centrales obreras (CTM, CROC y CROM), tres para el sector empresarial representado por la Coparmex, Concamin y Concanaco, y tres para el gobierno, Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Secretaría de Hacienda y Secretaría de Economía, además de un presidente con voto de calidad designado por la autoridad, según consigna el laboralista Arturo Alcalde Justiniani.

e) Al mismo tiempo, la Cámara de Senadores se ha negado a ratificar el Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo, sobre el derecho a la sindicalización y la contratación colectiva, por instrucciones seguramente del propio gobierno y la opinión también negativa del sector empresarial y en contra de la presión internacional.

f) Se impide a los trabajadores abandonar el sindicato impuesto por la empresa, cuando ese es un derecho universal de ellos.

g) Se niega la contratación colectiva en las medianas y pequeñas empresas, que son la inmensa mayoría en el país y donde los trabajadores sufren más violaciones a sus derechos laborales.

Muchas empresas nacionales y extranjeras violan hoy la Ley Federal del Trabajo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los convenios internacionales, porque las autoridades estatales y federales se los permiten, aun sin la aprobación de la reforma laboral. Podríamos pensar, al igual que con la Ley de Seguridad Interior, que si eso hacen sin fundamento legal, qué sucedería si se llegara a aprobar en sus términos ese proyecto fascista de reforma laboral.

En resumen, esta propuesta debe ser rechazada y obligar al presente gobierno, antes de que termine su mandato, a respetar la democracia, la integridad y la libertad sindicales, previo a finalizar su responsabilidad, y no dejar una herencia funesta y negativa, cuyas consecuencias las pagarán estos mismos políticos y empresarios pero desgraciadamente también el país entero.

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