lunes, 16 de noviembre de 2009

Confusión de Intelectuales y Profesores de Banquillo.

Por Luis Hernández Montalvo.

Los profesores de escuela o de banquillo, como éramos llamados hasta hace unos años aparecemos como los únicos responsables del fracaso educativo del país. El coro de voces que tradicionalmente han estado en contra de la educación pública, elevan con mayor fuerza sus reclamos y condenas a los hombres y mujeres que con su trabajo en las aulas han hecho posible el discurso de progreso de toda la clase política, burócratas y dueños del capital, amparados en los privilegios del Estado benefactor, se vieron beneficiados de la mano de obra que se formaba en las escuelas a partir de los años veinte.

La escuela pública fue algo más que un espacio donde se enseñaba a leer y escribir, a donde se aprendían nociones de cálculo y algunas reglas de urbanidad, la escuela formó a los nuevos ciudadanos en el respeto a los elementales derechos del hombre. Los profesores de la primera mitad del siglo XX contribuyeron al cambio de tecnologías para cultivar el campo, cuando no había hospitales, ni médicos y enfermeras suficientes, fueron los profesores los que cumplieron este papel, principalmente en las campañas de vacunación, desparasitación y en la lucha contra el paludismo.

¿Se han olvidado que fueron los profesores los que contribuyeron al reparto de tierras y a la organización de los campesinos ejidatarios para demandar tierra, semilla y maquinaria?

¿Cuántos sindicatos obreros se conformaron con la asistencia y experiencia de los profesores de banquillo?

¿No fueron los profesores los que llevaron las primeras nociones de nación, cuando el Estado Mexicano no contaba con medios electrónicos, ni la estructura de una prensa nacional?

El progreso llegó al bolsillo de los políticos, de los banqueros e industriales y los profesores se quedaron con las promesas, mientras veían como se enriquecían los líderes de su sindicato. Llegaron los años cincuenta y a los profesores les impusieron un sindicato y la dirección de una burocracia insensible ante los problemas de la educación que fue creciendo cada año y durante cuatro décadas tomo el control de la materia de trabajo de los profesores, desde su ignorancia empezaron a dar órdenes por la vía de oficios, circulares y “memos”.

Durante las últimas cinco décadas del siglo XX se ensayaron toda clase de programas, métodos y procedimientos para la enseñanza, que se impusieron sin previa evaluación. Y llegado el siglo XXI, durante los primeros diez años, no se están evaluando las políticas para buscar su corrección oportuna, sino a los profesores y estudiantes, el problema está en que, las visiones burocráticas de los evaluadores caminan en sentido inverso a la realidad del trabajo en las aulas, y que tienen relación con el fracaso en los programas de formación, capacitación y actualización docente, la relación de estos con respecto a las reformas a planes y programas de estudio de Educación Básica.

Líderes del sindicato, burocracia educativa y una opinión pública ideologizada condenan a los profesores y profesoras del fracaso educativo, nadie encuentra explicación racional a la reprobación de las pruebas Enlace, PISA y al hecho de que ocupamos el último lugar de los países de la OCDE.

Lo que estos organismos vienen evaluando no es la realidad escolar, sino los conocimientos de una visión ideal, que existe únicamente en los informes burocráticos de los funcionarios y dicen, un grupo de intelectuales académicos, pretendidamente neutrales, quieren decir que no son ni de derecha ni de izquierda, que los responsables del fracaso escolar son los profesores de banquillo. En el programa “Primer Plano” del Canal 11, del 2 de noviembre del año en curso, Francisco José Paoli Bolio afirma:

“Pero resulta que el sustrato de este reporte está una disposición, hay una prioridad que no es la de la persona que se educa, que no es la del niño que ingresa a la escuela como principal preocupación del sistema. Sino que la principal preocupación del sistema son los derechos de un gremio y los avances en prestaciones, en privilegios, en posibilidades de desarrollo de un gremio, de un gremio que es el gremio magisterial que está lastrando al conjunto de la educación”

Para los editorialistas de Primer Plano del Canal 11, son los “privilegios” del gremio magisterial, lo que lastra la educación pública en México. Yo supongo que como intelectuales, como ciudadanos informados conocen el monto de un salario inicial de un profesor de educación preescolar o primaria, que ostentamos una plaza de jornada, equivalente a veinte horas. El salario base no rebaza los cinco mil pesos mensuales. un servidor, después de treinta y tres años de servicio recibe el “privilegio” de una compensación de cincuenta y un pesos punto sesenta y dos centavos, por concepto de antigüedad, a la quincena, otra más de ciento treinta y siete pesos punto noventa y ocho centavos por concepto de apoyo para comprar material didáctico, compensaciones como las mencionadas, recibo otras tres o cuatro más que son descompensadas por el Impuesto Sobre la Renta, en concreto señores, quinientos diez pesos punto noventa y dos centavos, sin contar los servicios médicos al ISSSTE y maternidad, el descuento del fondo de retiro y el dinero del uno por ciento de mi salario para sostener a una casta burocrática que no me representa en mis intereses, pero que vive de mi salario.

Me pregunto ¿De cuánto es el salario de estos intelectuales que no se consideran “privilegiados”, ¿De cuánto debe ser el salario de un profesor de Educación Básica, para no calificarlo de privilegio? En la charla del dos de noviembre, Don Lorenzo Meyer, intelectual patriota comprometido con las mejores causas del país sostiene:

“Pero lo que estamos viendo en el caso de la educación es que la inercia triunfó, y todo el aparato educativo del Estado está al servicio, en primer lugar, de los profesores, luego de los políticos y al final de los estudiantes”.

Si seguimos en la línea de los salarios, hay que decir que tanto la dirección del SNTE como la burocracia educativa de la SEP, se han encargado de sostener a más de un millón de trabajadores con plazas de hora-semana-mes, un millón de privilegiados trabajadores con salarios inferiores a los doscientos pesos al mes. Estimados lectores, estos trabajadores, literalmente se mueren de hambre, entonces, ¿Qué podemos esperar de estos profesores que tienen que emplearse en lo que sea para sobrevivir? Estos compañeros son los que reprueban el examen de oposición, a estos maestros los hacen responsables de un proyecto educativo que no cuida su formación, capacitación y superación profesional? ¿En dónde están los privilegios?

En las entidades federativas del país, son los Secretarios Generales Seccionales los responsables de la contratación de los profesores, y son los primeros en abandonar los resultados de los exámenes de oposición que el CEN del SNTE y la SEP federal convocan cada año. El SNTE, su cuerpo dirigente es el responsable de designar las plazas, de promover a los profesores a Carrera Magisterial y a los puestos directivos, ellos controlan los escalafones horizontal y vertical, ellos controlan a los trabajadores desde los secretarios generales delegacionales y representantes de centro de trabajo, ellos imponen a los directores de escuela y a los supervisores escolares.

En las escuelas impera toda clase de inequidades, de inmoralidades y vicios, maestros y maestras son atrapados por el alcoholismo y en no pocos casos por la prostitución, insisto ¿En dónde están los privilegios?

Qué los medios de comunicación mantengan una campaña permanente contra los profesores de Educación Básica, lo entendemos, que los Obispos y Cardenales quieran pasarnos la estafeta para evangelizar, resistiremos, que los empresarios de la COPARMEX nos condenen, nosotros les decimos que nos pongan el ejemplo, que dejen que los empresarios se expresen como ciudadanos y no como voz corporativa.

No hay proyecto educativo nacional, no existen diagnósticos de la educación pública y privada en México, lo que hay, son negocios controlados en donde la dirección del SNTE se lleva el cincuenta por ciento de los méritos y del dinero, ¿Sobre que andan evaluando?

EL AUTOR ES PROFESOR DEL Bachillerato General Matutino del Benemérito Instituto Normal del Estado de Puebla.

hernandez_luis21@yahoo.com.mx

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